viernes, 30 de noviembre de 2007

De tu dolor



No deseo esto más, ya no lo quiero arraigado en mi ser. La continuación de la respiración alentada por la rutina de existir ya se ha vuelto una tortura que no deja de caer una y otra vez. Me aburro de tanto conocer siempre a la misma persona.
Dejo huellas, dejo marcas, dejo huecos en tus preguntas, yo no soy ese que tanto pareciera ser. Vacío, sin nada especial que ofrecer, no pidas nada que no te sea correspondido esta vez, no me valores, no valgo nada.
No me mientas, yo te miento. No necesito tu limosna carente de valor. Tampoco quiero tu amistad, no servís a mis propósitos en esta vida, alejate. No te me acerques con tus engaños inmaduros, no vas a ser la misma persona de nuevo cuando todo termine, nadie escapa de mi. Yo te seco, escarbo profundo, llego ahí, dónde más te duele y lo utilizo.
No te observo, te analizo. No creas que merezco un triste recuerdo pasajero, no me creas tan estúpido, yo no te creo. Te pongo dónde yo quiero que estés, no pienses que estás dónde vos querés. Tus palabras me pertenecieron desde el principio, son mias. No sos independiente en esta existencia, dependes de mi presencia, estoy ahí cuando llorás, cuando sufrís, cuando te duele.
Cuando madures, ahí estaré de nuevo. Me utilizás para sobrevirir y para crecer. Soy la luz que te guía y la oscuridad que te atormentó alguna vez. Tu corazón es negro, ya no late, ya no crees en nadie, desconfiás. Habrás entendido porque estuve ahí, y porque ahora ya no estoy. No me reproches nada, no tenés que reprochar. La venganza ya no existe, nada me hace daño, nací y morí mil veces. Tus palabras son huecas, no significan nada para mi.
Estas lejos, cerca del abismo y a punto de enloquecer. Soy intocable de nuevo, tu dolor no me afecta, ya no me pertenece, no te siento. Desde mi oscuridad yo te analizo, tu luz no me ciega, no me atrae. Estas muerta.

No hay comentarios: