miércoles, 19 de diciembre de 2007
Bye
Al menos por un largo tiempo...
Para Daniel, el mejor amigo del mundo, con cariño, siempre estarás para mi.
jueves, 6 de diciembre de 2007
La vieja de al lado
Esta lista esta dedicada a todos los que tienen una vieja de 102 años hincha pelotas de vecina.
- La vieja de al lado me mira raro a través de sus ojos blancos con cataratas.
- La vieja de al lado dice que soy "chorro" porque tengo una remera de Sepultura.
- La vieja de al lado dice que mi hermana es trola porque todos los dias sale con un tipo diferente, pero en realidad es el mismo de siempre, sólo que la vieja no ve una mierda.
- La vieja de al lado le quiere dar vidrio molido en carne picada a mi gato Camilo (ya la descubrí con las manos en la masa 3 veces, vieja genocida).
- La vieja de al lado se queja todo el tiempo del volumen alto de la música que escucho, y eso que es sorda y le salen pelos de las orejas.
- La vieja de al lado parece un troll... con hemorroides.
- La vieja de al lado va a la iglesia vestida de prostituta libanesa (con vestidos con arabescos).
- La vieja de al lado barre contra el viento... vieja imbécil y decerebrada.
- La vieja de al lado riega las plantas y me moja la bici al pedo... vieja pu**.
- La vieja de al lado una vez, me pinchó una pelota de fútbol... así está el fútbol uruguayo señores.
- La vieja de al lado esta viuda... el marido se suicido a los 3 dias luego de casarse con ella, vieja hincha pelotas y frígida.
- La vieja de al lado no deja salir a sus hijas de noche... vieja carcelera y cortamambos (las hijas de 18 y 21 estan divinas!).
- La vieja de al lado tiene olor naftalina y querosene... un fósforo, y a la mierda vieja
- La vieja de al lado odia a los perros del barrio... y los perros del barrio están planeando su asesinato (y quieren que parezca un accidente).
- La vieja de al lado escucha folklore y tango todo el día... vieja untr00.
- La vieja de al lado tiene un hermano árabe... le dicen "el turbante loco".
- La vieja de al lado se queja del gobierno... vieja miliquera.
- La vieja de al lado ama a Fidel... vieja comunista.
- La vieja de al lado tiene bastones, con los cuales, te revienta las canillas si te cruzás por su camino... vieja golpeadora.
- La vieja de al lado no dice malas palabras... vieja conchu**, hija de mil put**, mal cogi**!
- La vieja de al lado dice que se está por morir todos los años... que se muera de una vez, estorbo humano.
- La vieja de al lado no usa ropa interior... cuando sopla el viento... huele feo.
- La vieja de al lado va al médico todas las semanas... no vayas más y morite... vieja de mierda!
- La vieja de al lado tiene un pajarito llamado Hector que canta todas las mañanas... pájaro del or**, ya te voy a dar el escopetazo que te juré... pu**.
- La vieja de al lado va al almacén de shoggin, parece una ciruela pasa adentro de un pañuelo.
Fin... o que esperaban, que siga hasta el fin del mundo... soperutanos!!!
miércoles, 5 de diciembre de 2007
War - Burzum
This is War
I Lie Wounded on Wintery Ground
With Hundred of Corpses around
Many Wounded Crawl Helplessly around
On the Blood Red Snowy Ground
War
Cries of the (ha, ha) Suffering Sound
Cries for Help to All Their Dead Moms
War
Many Hours of Music
Many Drops of Blood
Many Shiverings and Now I Am Dead
And Still We Must Never Give up
War
Grim And Frostbitten Kingdoms - Immortal
Frostbitten I became
Forthwith to see
Crystalized dimensions
To where the unfaithful fly
You might say
I'm demonized
But yet not the only one
You must come to me
There are nocturnal paths
To follow
Painted faces
From earlier centuries
Wander by desecrating winds
Binded shadows
Cast out from daylight
And from the beaten lands
Frostbitten I became
Forthwith to see
Crystalized dimensions
To where the unfaithful fly
You might say
I'm demonized
But yet not the only one
You must come to me
There are
Nocturnal path to follow
Enjoying the circle of eminent silence
Amidst the glacial abyss
Join my yearning emptiness
And the knowing
Of being beneath
Grim and frostbitten kingdoms
Forthwith to see
Crystalized dimensions
To where the unfaithful fly
You might say
I'm demonized
But yet not the only one
You must come to me
There are nocturnal paths
To follow
Painted faces
From earlier centuries
Wander by desecrating winds
Binded shadows
Cast out from daylight
And from the beaten lands
Frostbitten I became
Forthwith to see
Crystalized dimensions
To where the unfaithful fly
You might say
I'm demonized
But yet not the only one
You must come to me
There are
Nocturnal path to follow
Enjoying the circle of eminent silence
Amidst the glacial abyss
Join my yearning emptiness
And the knowing
Of being beneath
Grim and frostbitten kingdoms
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Grim And Frostbitten Kingdoms - Immortal
Los viejos tiempos
Ya nada es lo que era y eso me entristece. Las sensaciones y las caras han cambiado para siempre, no volverán jamás. Lo único que quedan son recuerdos y nostálgia de tiempos "mejores". Los sentimientos eran suaves y tiernos. Ahora, son firmes, ásperos y duros como una maldita roca. Como extraño esas épocas de inocencia medio perdida! Las cosas nuevas, las emociones fuertes, la vitalidad del corazón. Ahora sólo quedan fragmentos de una foto descolorida y perdida en la memoria. Sólo quedan montañas, bosques, Luna llena y frío.
Por los viejos tiempos...
lunes, 3 de diciembre de 2007
Dioses nuevos en un cosmos viejo
Howard Phillips Lovecraft, autor de relatos y novelas fantásticas, es uno de los maestros clásicos del cuento de terror del siglo XX. Como el filósofo alemán Immanuel Kant, viajó por todo el mundo sin abandonar su ciudad natal, Providence (Rhode Island, EE.UU.) donde nació el 20 de agosto de 1890. En su Introducción a la literatura norteamericana Jorge Luis Borges -que en 1975 dedicó a su memoria uno de sus cuentos: There Are More Things- nos dice que Lovecraft, «muy sensible y de salud delicada, fue educado por su madre viuda y sus tías. Gustaba, como Hawthorne, de la soledad, y aunque trabajaba de día, lo hacía con las persianas bajas.» Se crió sobreprotegido, siempre solitario, entre personas mayores y cuando jugaba con otros niños, gustaba de teatralizar escenas mitológicas, aburriendo a sus compañeros. En ese momento corría a refugiarse en la gran biblioteca de su abuelo, una gran colección de libros, la mayoría del siglo XVIII, cuyo estilo en prosa inglesa imitaba a la perfección. Ahí asimiló historia, literatura, ciencia, y en especial astronomía, a la que era gran aficionado. Vivió una segunda vida en sus sueños, al punto que la mitad de su obra está regada con transcripciones de sus mundos oníricos, hecho que le valió el mote de «el soñador de Providence».
El principal vehículo de difusión de los relatos fantásticos de Lovecraft fue la revista Weird Tales, fundada en 1923, folletín con tapas sensacionalistas y una abirragada mezcla de géneros literarios, precursora de innumerables publicaciones posteriores de los aficionados a la ciencia ficción, género que crecería en popularidad y circulación en la posguerra, desplazando al género fantástico. Lovecraft se ganaba la vida como corrector de estilo y ghostwriter, tareas que redujeron la dedicación a su propia obra, si bien en sus colaboraciones (donde a veces ni figuraba como coautor) intercaló gran parte de su propia mitología. La justicia que otorga el tiempo hace que hoy leamos los nombres de sus clientes sólo porque figura HPL como colaborador.
Esta situación, sumada al hecho de que la mayor parte de sus escritos se publicaron en revistas populares junto con la ausencia de traducciones, provocó un desconocimiento por parte de la crítica especializada sobre la obra lovecraftiana. Cuando sus obras se publican en libro en la década del '70, comienzan las traducciones en francés y español, y crece su popularidad en la literatura europea y mundial (como había pasado con Poe, rescatado para el orbe por su traductor Charles Baudelaire). En Francia la revista Planète publica Hypnos y la prestigiosa L'Herne le dedica un número completo, mientras que en Argentina y España aparecen las primeras traducciones al español.
Pero Lovecraft, casi ignorado en vida, cuando muere en 1937 era célebre sólo en un reducido grupo de amantes de los relatos fantásticos. Su fama póstuma se debe principalmente a August Derleth (1909-1971), de Sauk City (Wisconsin, USA), amanuense, admirador y corresponsal suyo desde 1925. Derleth es uno de los autores más prolíficos de este siglo, con casi 150 libros y miles de contribuciones a revistas y periódicos de todo el mundo. Realizó una fructífera acción en el campo de la literatura fantástica, divulgando no sólo a su maestro sino presentando las obras de Ray Brabdury, Robert Bloch, etc., y rescatando del olvido a autores como Sheridan Le Fanu, Arthur Machen, o Algernon Blackwood. Al morir Lovecraft, Derleth fundó una editorial con el nombre de una de sus ciudades imaginarias: "Arkham House", en la que publicó en forma de libro su obra (que incluye poesía y ensayos), dispersa hasta entonces en antologías, revistas de tipo pulp fiction (llamadas así porque estaban impresas en papel de pulpa, el más barato), una voluminosa correspondencia y numerosos manuscritos con proyectos de relatos, borradores y apuntes.
La obra de Lovecraft contiene numerosos cuentos cortos, cuya primer época está dominada por el influjo de Edgar Allan Poe, a quien admiraba. Más tarde incorporará nuevos elementos procedentes de los ingleses Arthur Machen, Lord Dunsany y William Hope Hodgson logrando un nuevo estilo de relatos en los que predominan una precisa descripción local de Nueva Inglaterra (la costa nordeste de Estados Unidos) y la aparición de una mitología pletórica de razas prehumanas, conocidas con el nombre de los «mitos de Cthulhu». Todos estos nuevos dioses protagonizan la mayor parte de los relatos intervieniendo en los designios humanos. Este corpus mitológico agrupa una serie de trece relatos interconectados, escritos en un lapso de 14 años, desde 1921 a 1935.
La Enciclopedia Británica define el tema de los Mitos de Cthulhu como «la dislocación del tiempo y del espacio, que incluye seres horrorosos de origen extraterrestre.» Refiriéndose a sus mitos, dijo Lovecraft: «Todos mis relatos, por muy distintos que sean entre sí, se basan en la idea central de que antaño nuestro mundo fue poblado por otras razas que, por practicar la magia negra, perdieron sus conquistas y fueron expulsadas, pero viven aún en el Exterior, dispuestas en todo momento a volver a apoderarse de la Tierra.» Encontramos así en sus relatos a estos seres de eras pretéricas que suelen morar en cuerpos humanos para estudiar el universo conocido con el objetivo de recuperar su dominio y poder sobre los elementos; o vemos en otros relatos personas de nuestra época cuyas almas son captadas por estos seres y de este modo exploran, durante el sueño, mundos lejanos en el tiempo y en el espacio donde acechan las entidades primordiales aguardando el momento de recuperar su reino perdido.
Todos estos relatos tienen un protagonista de costumbres solitarias y aficiones cultas, muchos de ellos estudiantes de arqueología, profesores universitarios, o simplemente parientes de alguien que les deja entre su heredad pistas de los dioses Primordiales, y se ven así involucrados en extraños sucesos. En estos momentos el protagonista suele emprender un viaje y entonces Lovecraft despliega todo su arsenal escenográfico de atrayentes climas descriptivos y ajustada ambientación, con los que logra efectos opresivos, como en el cuento La ciudad sin nombre (1921), que relata las peripecias de un explorador en el cambiante desierto árabe, o en La sombra más allá del tiempo (1934), donde un profesor universitario comienza a sufrir lapsos temporales y permanece atrapado en lugares y épocas ajenas a la vida humana. Esta obra, junto con la novela El caso de Charles Dexter Ward (1927), donde retoma el tema del doble, están consideradas como lo mejor de su producción. Con respecto al realismo de sus cuentos, la Enciclopedia Británica señala que «sus conocimientos de Historia y Geografía y su interpolación de una mitología elaborada han otorgado a sus escritos una verosimilitud inesperada en la literatura fantástica.»
Como Mark Twain y Wiliam Faulkner con sus relatos costumbristas, creó ciudades imaginarias en su amada Nueva Inglaterra: Arkham es una transfiguración de Salem (Massachussets), y Dunwich de Hamden (Connetticut); pero otras aventuras tienen como escenario la Antártida, como en el relato En las montañas de la locura (1931), donde retoma elementos de La Narración de Arthur Gordon Pym de su admirado Edgar Allan Poe, mientras que en otros casos nos lleva hasta Aldebarán o la mítica Kadath. En estos escenarios sus atribulados personajes deambulan indagando sobre los orígenes de tenebrosos sucesos, huyendo aterrorizados por la aparición de los dioses primordiales que perturban nuestro continuum espacio-temporal de tres dimensiones.
Pero todo dios que se precie posee su libro sagrado, y no podía faltar la Biblia del terrible Cthulhu: se trata del famoso tratado de magia negra y conjuros portentosos denominado Necronomicon, escrito por el poeta árabe Abdul Alhazred en el año 700 en Damasco, que llegó a Occidente por medio de traducciones al griego y latín (se cree que el misterioso Dr. John Dee realizó una traducción al inglés) . Este libro es terriblemente peligroso -se afirma que leerlo produce insania-, y se lo mantiene bajo llave en muy pocas bibliotecas como las del Vaticano, el British Museum, o en la de la Universidad de Buenos Aires. Todos los adoradores de Cthulhu suelen atravesar ominosas peripecias para llegar a obtener la información necesaria de este arcano maldito, que contiene las claves para permitir el regreso triunfal y apocalíptico de Cthulhu y sus huestes, que acechan en las fronteras espacio-temporales aguardando que sus temibles y degenerados sectarios abran las puertas dimensionales mediante extrañas invocaciones mágicas y sacrificios.
Con sus nuevos dioses y sus temibles sectarios Lovecraft creó un mundo imaginario en las grietas del racional y ordenado siglo XX, pero dejó las puertas abiertas en sus ficciones y hoy ciertas sectas empalidecen sus más terribles alucinaciones. Si algunos neo-budistas fabrican bombas atómicas con la esperanza de borrar la raza humana de la tierra y lograr así la paz final en el planeta, el caos que surge del orden vaticinado por el «soñador de Providence» en sus obras quizás no sea tan fantástico.
Lovecraft abandonó este mundo hace cincuenta y ocho años en la misma ciudad que contemplara su nacimiento, dejándonos un virtuoso legado: sus hermosos y alucinantes relatos, que para los lectores auténticamente imaginativos son símbolos y signos que abren hermosos reservorios de recuerdos atávicos, de manera que podemos considerarlo no sólo como escritor, sino como un poeta que hace de cada lector un soñador.
El principal vehículo de difusión de los relatos fantásticos de Lovecraft fue la revista Weird Tales, fundada en 1923, folletín con tapas sensacionalistas y una abirragada mezcla de géneros literarios, precursora de innumerables publicaciones posteriores de los aficionados a la ciencia ficción, género que crecería en popularidad y circulación en la posguerra, desplazando al género fantástico. Lovecraft se ganaba la vida como corrector de estilo y ghostwriter, tareas que redujeron la dedicación a su propia obra, si bien en sus colaboraciones (donde a veces ni figuraba como coautor) intercaló gran parte de su propia mitología. La justicia que otorga el tiempo hace que hoy leamos los nombres de sus clientes sólo porque figura HPL como colaborador.
Esta situación, sumada al hecho de que la mayor parte de sus escritos se publicaron en revistas populares junto con la ausencia de traducciones, provocó un desconocimiento por parte de la crítica especializada sobre la obra lovecraftiana. Cuando sus obras se publican en libro en la década del '70, comienzan las traducciones en francés y español, y crece su popularidad en la literatura europea y mundial (como había pasado con Poe, rescatado para el orbe por su traductor Charles Baudelaire). En Francia la revista Planète publica Hypnos y la prestigiosa L'Herne le dedica un número completo, mientras que en Argentina y España aparecen las primeras traducciones al español.
Pero Lovecraft, casi ignorado en vida, cuando muere en 1937 era célebre sólo en un reducido grupo de amantes de los relatos fantásticos. Su fama póstuma se debe principalmente a August Derleth (1909-1971), de Sauk City (Wisconsin, USA), amanuense, admirador y corresponsal suyo desde 1925. Derleth es uno de los autores más prolíficos de este siglo, con casi 150 libros y miles de contribuciones a revistas y periódicos de todo el mundo. Realizó una fructífera acción en el campo de la literatura fantástica, divulgando no sólo a su maestro sino presentando las obras de Ray Brabdury, Robert Bloch, etc., y rescatando del olvido a autores como Sheridan Le Fanu, Arthur Machen, o Algernon Blackwood. Al morir Lovecraft, Derleth fundó una editorial con el nombre de una de sus ciudades imaginarias: "Arkham House", en la que publicó en forma de libro su obra (que incluye poesía y ensayos), dispersa hasta entonces en antologías, revistas de tipo pulp fiction (llamadas así porque estaban impresas en papel de pulpa, el más barato), una voluminosa correspondencia y numerosos manuscritos con proyectos de relatos, borradores y apuntes.
La obra de Lovecraft contiene numerosos cuentos cortos, cuya primer época está dominada por el influjo de Edgar Allan Poe, a quien admiraba. Más tarde incorporará nuevos elementos procedentes de los ingleses Arthur Machen, Lord Dunsany y William Hope Hodgson logrando un nuevo estilo de relatos en los que predominan una precisa descripción local de Nueva Inglaterra (la costa nordeste de Estados Unidos) y la aparición de una mitología pletórica de razas prehumanas, conocidas con el nombre de los «mitos de Cthulhu». Todos estos nuevos dioses protagonizan la mayor parte de los relatos intervieniendo en los designios humanos. Este corpus mitológico agrupa una serie de trece relatos interconectados, escritos en un lapso de 14 años, desde 1921 a 1935.
La Enciclopedia Británica define el tema de los Mitos de Cthulhu como «la dislocación del tiempo y del espacio, que incluye seres horrorosos de origen extraterrestre.» Refiriéndose a sus mitos, dijo Lovecraft: «Todos mis relatos, por muy distintos que sean entre sí, se basan en la idea central de que antaño nuestro mundo fue poblado por otras razas que, por practicar la magia negra, perdieron sus conquistas y fueron expulsadas, pero viven aún en el Exterior, dispuestas en todo momento a volver a apoderarse de la Tierra.» Encontramos así en sus relatos a estos seres de eras pretéricas que suelen morar en cuerpos humanos para estudiar el universo conocido con el objetivo de recuperar su dominio y poder sobre los elementos; o vemos en otros relatos personas de nuestra época cuyas almas son captadas por estos seres y de este modo exploran, durante el sueño, mundos lejanos en el tiempo y en el espacio donde acechan las entidades primordiales aguardando el momento de recuperar su reino perdido.
Todos estos relatos tienen un protagonista de costumbres solitarias y aficiones cultas, muchos de ellos estudiantes de arqueología, profesores universitarios, o simplemente parientes de alguien que les deja entre su heredad pistas de los dioses Primordiales, y se ven así involucrados en extraños sucesos. En estos momentos el protagonista suele emprender un viaje y entonces Lovecraft despliega todo su arsenal escenográfico de atrayentes climas descriptivos y ajustada ambientación, con los que logra efectos opresivos, como en el cuento La ciudad sin nombre (1921), que relata las peripecias de un explorador en el cambiante desierto árabe, o en La sombra más allá del tiempo (1934), donde un profesor universitario comienza a sufrir lapsos temporales y permanece atrapado en lugares y épocas ajenas a la vida humana. Esta obra, junto con la novela El caso de Charles Dexter Ward (1927), donde retoma el tema del doble, están consideradas como lo mejor de su producción. Con respecto al realismo de sus cuentos, la Enciclopedia Británica señala que «sus conocimientos de Historia y Geografía y su interpolación de una mitología elaborada han otorgado a sus escritos una verosimilitud inesperada en la literatura fantástica.»
Como Mark Twain y Wiliam Faulkner con sus relatos costumbristas, creó ciudades imaginarias en su amada Nueva Inglaterra: Arkham es una transfiguración de Salem (Massachussets), y Dunwich de Hamden (Connetticut); pero otras aventuras tienen como escenario la Antártida, como en el relato En las montañas de la locura (1931), donde retoma elementos de La Narración de Arthur Gordon Pym de su admirado Edgar Allan Poe, mientras que en otros casos nos lleva hasta Aldebarán o la mítica Kadath. En estos escenarios sus atribulados personajes deambulan indagando sobre los orígenes de tenebrosos sucesos, huyendo aterrorizados por la aparición de los dioses primordiales que perturban nuestro continuum espacio-temporal de tres dimensiones.
Pero todo dios que se precie posee su libro sagrado, y no podía faltar la Biblia del terrible Cthulhu: se trata del famoso tratado de magia negra y conjuros portentosos denominado Necronomicon, escrito por el poeta árabe Abdul Alhazred en el año 700 en Damasco, que llegó a Occidente por medio de traducciones al griego y latín (se cree que el misterioso Dr. John Dee realizó una traducción al inglés) . Este libro es terriblemente peligroso -se afirma que leerlo produce insania-, y se lo mantiene bajo llave en muy pocas bibliotecas como las del Vaticano, el British Museum, o en la de la Universidad de Buenos Aires. Todos los adoradores de Cthulhu suelen atravesar ominosas peripecias para llegar a obtener la información necesaria de este arcano maldito, que contiene las claves para permitir el regreso triunfal y apocalíptico de Cthulhu y sus huestes, que acechan en las fronteras espacio-temporales aguardando que sus temibles y degenerados sectarios abran las puertas dimensionales mediante extrañas invocaciones mágicas y sacrificios.
Con sus nuevos dioses y sus temibles sectarios Lovecraft creó un mundo imaginario en las grietas del racional y ordenado siglo XX, pero dejó las puertas abiertas en sus ficciones y hoy ciertas sectas empalidecen sus más terribles alucinaciones. Si algunos neo-budistas fabrican bombas atómicas con la esperanza de borrar la raza humana de la tierra y lograr así la paz final en el planeta, el caos que surge del orden vaticinado por el «soñador de Providence» en sus obras quizás no sea tan fantástico.
Lovecraft abandonó este mundo hace cincuenta y ocho años en la misma ciudad que contemplara su nacimiento, dejándonos un virtuoso legado: sus hermosos y alucinantes relatos, que para los lectores auténticamente imaginativos son símbolos y signos que abren hermosos reservorios de recuerdos atávicos, de manera que podemos considerarlo no sólo como escritor, sino como un poeta que hace de cada lector un soñador.
LOS MITOS DE CTHULHU
1921 La ciudad sin nombre
1923 El ceremonial
1926 La llamada de Cthulhu
1927 El color que cayó del cielo
1927 El caso de Charles Dexter Ward
1928 El horror de Dunwich
1930 El que susurraba en las tinieblas
1931 La sombra sobre Insmouth
1931 En las montañas de la locura
1932 Los sueños en la casa de la bruja
1934 La cosa en el umbral
1934 La sombra más allá del tiempo
1935 El que acecha en la oscuridad
viernes, 30 de noviembre de 2007
You Know You're Right
I will never bother youI will never promise toI will never follow youI will never bother youNever speak a word againI will crawl away for goodI will move away from hereYou wont be afraid of fearNo thought was put in to thisI always knew it would come to thisThings have never been so swellI have never failed to feelPainYou Know your RightI'm so warm and calm insideI no longer have to hideLet’s talk about someone elseSteaming soup against her mouthNothing really bothers herShe just wants to love herselfI will move away from hereYou wont be afraid of fearNo thought was put into thisI always knew to come like thisThings have never been so swellI have never failed to feelPainYou know Your RightPain
De tu dolor
No deseo esto más, ya no lo quiero arraigado en mi ser. La continuación de la respiración alentada por la rutina de existir ya se ha vuelto una tortura que no deja de caer una y otra vez. Me aburro de tanto conocer siempre a la misma persona.
Dejo huellas, dejo marcas, dejo huecos en tus preguntas, yo no soy ese que tanto pareciera ser. Vacío, sin nada especial que ofrecer, no pidas nada que no te sea correspondido esta vez, no me valores, no valgo nada.
No me mientas, yo te miento. No necesito tu limosna carente de valor. Tampoco quiero tu amistad, no servís a mis propósitos en esta vida, alejate. No te me acerques con tus engaños inmaduros, no vas a ser la misma persona de nuevo cuando todo termine, nadie escapa de mi. Yo te seco, escarbo profundo, llego ahí, dónde más te duele y lo utilizo.
No te observo, te analizo. No creas que merezco un triste recuerdo pasajero, no me creas tan estúpido, yo no te creo. Te pongo dónde yo quiero que estés, no pienses que estás dónde vos querés. Tus palabras me pertenecieron desde el principio, son mias. No sos independiente en esta existencia, dependes de mi presencia, estoy ahí cuando llorás, cuando sufrís, cuando te duele.
Cuando madures, ahí estaré de nuevo. Me utilizás para sobrevirir y para crecer. Soy la luz que te guía y la oscuridad que te atormentó alguna vez. Tu corazón es negro, ya no late, ya no crees en nadie, desconfiás. Habrás entendido porque estuve ahí, y porque ahora ya no estoy. No me reproches nada, no tenés que reprochar. La venganza ya no existe, nada me hace daño, nací y morí mil veces. Tus palabras son huecas, no significan nada para mi.
Estas lejos, cerca del abismo y a punto de enloquecer. Soy intocable de nuevo, tu dolor no me afecta, ya no me pertenece, no te siento. Desde mi oscuridad yo te analizo, tu luz no me ciega, no me atrae. Estas muerta.
jueves, 29 de noviembre de 2007
Dark Endless (Marduk) Letras traducidas
(todavía jodidamente muerto)
El mundo que ves alrededor tuyo
Es sólo una ilusión
Creada por tu mente
Para no volverte loco todavía muerto, todavía jodidamente muerto
Tu naciste con el amor de Dios
Y morirás con el odio de Satanás
Conoce el caos en el otro lado
El pasado te está cazando
a muerte es sólo el comienzo
Aquí no hay paz.
The Sun Turns Black As Night
(el sol se vuelve negro como la noche)
De rodillas ruego por el día más oscuro
Y tú serás el que esté en mi camino
La Tierra está llena de dolor que pronto será desencadenado
Los poderes de lo Oscuro ven crecer su reino
Traigo mi cuerpo y alma dentro de lo oscuro
Dolor, te saludo
El dolor, mi más grande placer
Muerte para aquellos que me fallen
La muerte emplearé Sangre para el rey
Cantamos asesinato
Llévanos desde la luz hacia el templo de la noche ardiente.
Within The Abyss
(dentro del abismo)
Se alza vuestra alma malvada
El fin de los mortales está cerca
El levantamiento de los antiguos ya viene
Los mortales habitan con temor
Arrancado desde la sepultura
La asamblea esta aquí
Reino de lo oscuro
Que ha hecho a nuestras almas tan fuertes
Está fluyendo por nuestras venas
Las palabras de lo pagano
Se alza vuestra alma malvada
El fin de los mortales está cerca
El levantamiento de los antiguos ya viene
Los mortales habitan con temor
Arrancado desde la sepultura
La asamblea esta aquí
Nunca perecerá
Todo dentro del abismo
El incienso llena la cueva
Donde se celebra el Sabat
Puedes sentir la lujuria en el aire
El aroma de la muerte
Todos sabemos lo que vendrá
El Warlock - el hijo de Satanás
Día de sentencia, de asfixia
Ha llegado la hora de oscurecer el Sol.
The Funeral Seems To Be Endless
(el funeral parece ser eterno)
Hacia el cielo o hacia el infierno
A la sepultura o a las estrellas
La Luna está alta
Sobre el horizonte
El fin de la vida está cerca
El futuro desconocido
Lentamente se mueve hacia la guerra
Lo enfrentas con una sensación de esperanza
Que rápidamente se vuelve polvo
El funeral parece ser eterno.
Departure From The Mortals
(el fallecimiento de los mortales)
Vida llena de temor, tiempo de morir
Visiones de Negro finalizan mi vida
Retribución estoy salvado
Sin forma habré de ser malvado
Fallecimiento de los mortales
Mientras mi vida termina
Fallecimiento de los mortales
Pero permaneceré
Que mi lujuria sea satisfecha
Alcanzo la tierra del no retorno
En el bosque de los muertos
Habitará mi malvada alma
Fallecimiento de los mortales
Mientras mi vida termina
Fallecimiento de los mortales
Pero permaneceré.
The Black...
(el negro)
Amigos y compañeros de la noche
Vosotros que os regocijaos y traeis terror a los mortales
La maldición de los cielos
Devastación total
La fe cristiana destruida enteramente
El negro macho cabrío de los bosques con un millar de jóvenes
Amigos y compañeros de la noche
Vosotros que os regocijais y traeis terror a los mortales
La maldición de los cielos
Devastación total
La fe cristiana destruida enteramente
El negro dios de los bosques con un millar de jóvenes.
Holy Inquisition
(santa inquisición)
Todos vosotros confesareis vuestros pecados - morid
Vuestros corazones están prisioneros del pecado
Si no quereis ver vuestros pecados
Deberán ser mostrados a vosotros
Juicio por agua
Vuestros corazones están negros por el pecado
Es nuestra tarea liberaros
Muerte por muerte, muerte por piedad
En este lugar muerte es piedad
Confesiones bajo tortura
Quemándose en la estaca
En el nombre del jodido Jesucristo
Deberás descansar con los muertos
Pero seguirás con vida.
Darkness Breeds Immortality
(la oscuridad engendra inmortalidad)
Un ángel en éxtasis cruza el cielo
El cielo brilla más claro que la claridad
Desde el suelo en la sombra lo vemos volar
Invocando a la oscuridad y los poderes
Un ángel muy aterrado cae desde el cielo
El cielo se vuelve más negro que el negro
Escucho un ángel gritando en vano "¿por qué?"
Mientras la lluvia nos recibe de vuelta
Ahora, cuando el ángel cayó desde el cielo
Nuestros ojos arderán con negrura
Con nuestras manos alcanzamos las nubes
Y susurramos - "este es nuestro retorno"
La luz del Sol ha fallado
El día es oscuro
El débil Sol no brillará más
Cuando la noche se termine
Sigue el negro en el cielo
Ante nuestros ojos
El desvaneciente sol sangra
Ahora el fuego ruge sobre el cielo
La llegada
Ahora, cuando el ángel cayó desde el cielo
Nuestros ojos arderán con negrura
Levantamos nuestras manos hacia las nubes
Y susurramos - "este es nuestro retorno"
Nos mofamos de la luz y hacia las sombras somos conducidos en la oscuridad
Nosotros silenciosamente muertos.
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Dark Endless (Marduk) Letras traducidas
lunes, 26 de noviembre de 2007
2 Planchas
Si alguna de las miles de personas que leyeron el título (jojojojo), piensa que cuando digo plancha me refiero al aparato para dejar la ropa estilo tabla, no lean lo que sigue, no lo van a entender, ta?
Ah! Que lindos momentos vividos ayer a las 13:43 hs, que delicadeza, que cultura, que intelectualidad, que educación... que aberración nacida de algún cante y gane, casi un experimento de algún hijounagranputa que no tenía tiempo para pensar que hacer con su vida... o su bajada... Resulta que el resultado de esa conversación me convenció de muchas cosas, y muchos me quisieron convencer de esto. Ah no! Pero yo soy terco y obstinado, no me interesa lo que me digan o me aconsejen (a menos que de Metal se trate... Metaaaaaal!!! ...que imbécil...), traducción: me paso todo por el octavo forro de las pelotas (no se si tengo tantos forros, nunca los conté... después los y les cuento).
He que allí estimados lectores, en es parada de obnibus o "bus stop" para los chetos (por sino entendieron), me encontré con un espécimen de la graaan fauna urbana uruguaya (soy "celete"!!!). Porque tenemos que ser realistas, aquí en Uruguay (país de mierda y amargo como el mate), los pibes de National Geographic hacen como 300 documentales y probablemente galardonen a más de uno de ellos (yanquis vendidos ¿?). Si algún guionista extranjero y reconocido mundialmente pasa por acá (porque se cayó el avión en donde iba y todavía no le pasó el otro), nace la segunda parte de Mi amigo Max (no se si hubo una segunda parte de Mi amigo Max, esa del extraterrestre gay y patético, película que me aterra hasta el punto de gritar a lo Varg en el Aske), pero con un pequeño cambio en el título: "Mi amista'... el Mas "
Recuerdo que sentí un murmullo a lo pelao' cerca de mi ser, y automáticamente cubrí todos mis flancos: celular... ok, reloj... ok, reproductor de mp3... ok, billetera...ok, tos (que no se me va más)... ok. En eso, muevo sexy (¿?) y ágilmente mi marote para encontrarme con unos de esos especímenes de lo que acá en You Are Gay se llaman "Planchas", "Planchuelas", "Chaplanes" o "Pelaos". Primero vi al primero (jojo) ... petiso, cabeza mugrienta y enormemente deforme (con piojos seguramente y me juego que hasta una colonia de cucarachas chinas tenía), su pelo era un pegue de ácido, colores por allí, colores por allá, brillantes, se acercan, se alejan... Su cara era de chorro, ya saben a cual caripela me refiero, esa que te analiza de pies a cabeza buscando algún botín interesante para INTERcambiar (tipo P2P a lo eMule) por pasta "sabe". Su ropa parecía de esas que usan los "judas", esos que se queman y no se que otras mierdas más. Y no me voy a explayar más sobre este punto, ya que me aterra la "ropística" de esta gente (sí, son gente... ilusos).
A su lado había una "plancha mujer", parecida al hombre pero con perfume para tapar el olor a... a... a mujer. Cabellos color R=76, G=21, B=132, panza prominente, seguramente embarazada de alguien (no le pidan que sepa de quién es/son el/los pibes, son chicas atareadas y no se andan con detalles estúpidos). Ahí adentro tendría entre 1 o 3 "planchitas", futuros frecuentadores del Interbailable (al cual si tenes más de 5 dientes, no entrás, política del antro ese, hay odontólogos en la puerta... y si, son planchas también... ah!, y las caries no cuentan) y perpetuadores de su idioma, el idioma "muñano" (¿?).
Se sentaron en el banquito de la parada (esos de metal, que te rompen el culo si el "ónimu" demora mucho). Yo estaba parado (no me voy a dejar romper el culo por un banquito) y apoyado en los carteles esos que encajan en las paradas, esos que publicitan cosas que nadie compra. Y ahí tuve el placer (¿?) de escuchar una de las conversaciones más bizarras que jamás un ser humano haya presenciado y, o, u, e, escuchado.
A continuación describo de manera totalmente exacta (me quedó grabada en el balero... tipo psicofonía) esa conversación:
P= Pelao'
PM= Plancha Mujer
P: Bo dice el "Etor" que la Alicia 'ta preñada del José.
PM: Deja muchacho, esa tiene ma' pi** que yo y la Mari junta' (carcajada, cuando se rió, noté que le faltaban todas las sillas a la mesa).
P: No pode' ser tan puta Laura (risa, sin comedor directamente).
PM: Vo' porque so' un pajero que anda "alzao" con la Mari y no te da bola "salames".
P: Que "viá" 'tar alzao bo, yo tengo ma' minas, ma' firme Laura.
PM: Andá, ma' firme que te la queré' cojer (movimiento de cadera a lo Dani Umpi y carcajada).
P: Naaa, muchacho vo' porque no me conocé' bien, yo gano "en pila" bo.
PM: Ánda (con acento en la A), si so' ma' feo vo' (carcajada descontrolada y sin motivo aparente).
P: De verdá' te digo Lauriña.
PM: Vo' tené' que ir de frente y manteca con la Vero bo, esa encara pi** zarpado.
P: Vo' decí' que me arrime ahí?
PM: Claro muchacho, ma' firme, "ta" giliando ahí vo'.
P: Capa' que la invito pa' ir al baile.
PM: Naaa, invitala a cojer "diretamente", ella encara "en pila" bo.
P: Pa', y vo' tené' el (ojo con esta) "CEDULAR"?
PM: Ma' firme (procede a pasarle el número del celular).
P: El sabado le mando "el" mensaje, gracia' Lauri.
PM: Que sabado muchacho, mandale cuando lleguemo' "pal" barrio "salames".
P: Ahi va.
PM: Fijate si es ese?
P: Sí, firme que e'.
Los individuos de estudio (¿?) proceden a tomarse el obnibus, el 169 si mal no recuerdo.
Al irse los sujetos, una señora (de unos 376 años, que al principio la confundi con un árbol, tipo "Ent" de las historias de Tolkien que salen en El Señor de los Anillos, y que hedía a perfume de litro) dice como impresionada por el hecho: "Que barbaridad, así está el país, lleno de chorros y maleducados".
Como me habían dicho hace tiempo (y yo no dí bola), todo puede mejorar, pero tené cuidado si empeora. No vaya a ser que el día de mañana, el "peluca", pase por tu barrio... sosteniendo a un bebé... riendose para las cámaras... diciendo: "no al aborto, dale por el or**"... todo puede empeorar (más allá de cualquier partido político).
PD: No tengo nada contra los planchas, y me parecen horribles las pseudo-organizaciones que tienen como fin juntar gente para salir a matar planchas (mentira, no lo van a hacer, manga de retrasados e impotentes, mastúrbense idiotas). Como si este país no hubiera sufrido bastante... imbéciles.
Saludos.
domingo, 25 de noviembre de 2007
Literatura "borracha"
Ah! Como me gusta humillarme públicamente, que bien se siente.
Estas frases fueron escritas el 6 de febrero del año 2006 luego de llegar borracho a mi casa. Así que lo que lean a continuación no se lo tomen en serio, son divagues de una mente inundada por el alcohol. Se van a reir...
"Los tres chiflados son como la sociedad, sin el otro sólo seríamos personas comunes."
"Lo que nos une al principio, al final nos separa."
"Pienso que soy un genio, pero lo único que hago es vivir."
"Por qué la sociedad odia tanto el alcohol y las drogas? Si todo el mundo las probara descubrirían que en realidad no somos tan distintos unos de otros."
"Cuando pienso en escribir, tengo que pensar, y pienso en no mostrarselo a nadie y que nadie lo lea y piense que lo que pense es muy diferente a lo que ellos piensan."
"Los que no me recuerdan, son aquellos que realmente nunca me han conocido."
"La familia es como esas personas que no soportamos, pero a las cuales no nos queda otra que compartir lo más divertido que la fecha nos recuerda."
"Cumplir años es lo más ridículo del año, porque festejamos como nos vamos acercando a la muerte."
"La muerte es el destino sorpresa que nos depara la vida."
"Todo lo inmundo y asqueroso que sale de mi, va a parar a esa bufanda que me hace recordar la etapa más infeliz de mi vida."
"El alcohol es el alma de los que esconden su verdadero ser."
"Dios y el Diablo sólo son dos niños que luchan por su juguete más preciado, el hombre."
"Morir no será lo mismo que vivir?"
"Lo que no se escribe termina perdido en los malos recuerdos de la memoria humana."
"La oscuridad de mi cuarto me hace pensar en los últimos momentos de la vida de un suicida."
"Estaré escribiendo lo que realmente siento o simplemente será una alucinación de alguna cicatríz de mi cerebro?"
"Me rio porque todo el mundo dice que si te ries es porque eres feliz."
"Sino me ves, es porque soy tan diferente a vos que no te interesa verme."
"La luz que penetra en nuestra alma, es la luz que nos indica que la oscuridad sólo se ve con los ojos cerrados."
"Ver la televisión es como ver algo que sólo nos ayuda a olvidar lo que no queremos recordar."
"Escribir es tan importante como vivir toda tu vida buscando que hacer con un lápiz y un papel."
"La música te hace sentir cosas que jamás has sentido en tu vida."
"Si el final de la vida es morir, lo único que importa es lo que pasa entre el nacimiento y la muerte."
"Las cosas para mí son cosas, nada más."
"No creo en el amor, sólo creo en la necesidad de no estar sólo el resto de mi vida."
"Las guitarras me hacen pensar en lo que pude haber sido, un sueño que nunca dejará de ser un sueño."
"La música es para mí, lo que la droga es para otros."
"Necesito que otras personas me digan lo que soy, pero odio a las demás personas."
"A veces quiero morir, pero se que sólo puedo morir el último día de mi vida."
"Amo a los diferentes y excluídos, porque son los únicos que nos hacen distintos."
"El dinero sólo sirve para llenar el vacío que no sabemos llenar con algo que realmente valga la pena."
"Las mujeres son el producto de la soledad de los hombres."
"Los hombres son el desperdicio del mundo."
"Alguien me verá como un poeta? Lo único que se, es que los únicos que me entienden son aquellos que alguna vez han vivido y sentido lo mismo que yo."
Ah! Cuanto alcohol había en esas épocas (igual que ahora).
Así que ya saben señoras y señores, cuando se emborrachen, no escriban. Alejen cualquier papel y lápiz que tengan cerca y disfruten de su borrachera haciendo otras cosas más interesantes.
Si alguien le encontró algún sentido a las frases expuestas, es porque está borracho o alguna vez lo ha estado.
Saludos.
sábado, 24 de noviembre de 2007
Cuando era niño
Estas líneas estan dedicadas a las personas que tienen más de 20 años.
La verdad es que no sé como hemos podido sobrevivir. Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando.
Teníamos que reposar dos horas el almuerzo para no acalambrarnos en el agua, dos horas de siesta para poder descansar, nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la reunión familiar, es difícil creer que estemos vivos!
Nosotros viajábamos en autos sin cinturones de seguridad y sin bolsas de aire, hacíamos viajes de 10-12 h. con cinco personas en un fitito y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas, armarios o frascos de remedios con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, nos dabamos terribles golpes y nos rompiamos las rodillas y las manos, y nuestros amigos se cagaban de la risa y ninguno se traumo.
Las hamacas eran de metal y con esquinas en punta. Jugábamos a ver quien era el más guapo. Pasábamos horas esperando nuestro turno para subirnos a una chata para bajar las calles sólo para darnos cuenta que se habian cagado los frenos improvisados.
Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. No había celulares, muchos de nosotros ni siquiera teniamos telefono.
Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para demandar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con alcohol y unos puntos.
Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos. Tuvimos peleas y nos partiamos la cabeza unos a otros y aprendimos a superarlo.
Si no queriamos ir a la escuela no nos mandaban al psicólogo, ni a clases especiales, una paliza con una regañada eran efectivas.
Compartimos botellas de bebidas o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada. Nos contagiábamos los piojos en el colegio y nuestras madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente. Nos poniamos de acuerdo con los amigos y salíamos. O ni siquiera nos poniamos de acuerdo, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos a la bolita, a las escondidas, a la mancha, etc..., o simplemente haciamos maldades. En fin, era tecnología de punta.
Ibamos en bici o caminando hasta la casa de los amigos y llamábamos a la puerta. ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel ¡Sin ningún responsable!
¿Cómo lo conseguimos? Hicimos juegos con palos, perdimos mil pelotas de fútbol. Bebíamos agua de la canilla, sin embotellar, y algunos incluso tomaban directamente de la canilla. Ibamos a cazar sapos y pájaros con una chumbera, o con ondas antes de ser mayores de edad y sin adultos, !!!WOW!!!
En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción. Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban exámenes extraordinarios ni a titulo de insuficiencia!
Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos horas en la playa o en el rio sin crema de protección solar de factor 40, sin flotadores ni clases de nataciòn. Molestabamos a las niñas persiguiéndolas para tocarles el culo, y las niñas mandando cartas de amor a los niños estampitas de los cariñositos, no en un chat diciendo ": )" ": D" ": P". Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.
Comprabamos chasquibum, bombas brasileras, pedos de vieja, cañitas voladoras y a nadie le interesaba si nos quemabamos!!!
No te extrañe que ahora los niños salgan tan jodidos.
Nosotros igual, sobrevivimos.
Saludos.
viernes, 23 de noviembre de 2007
El Ventana
Aquí en Montevideo, vivo en un barrio de esos que son “peligrosos”, dónde te pueden robar, cagar a palos, matar y una larga lista de otros atentados hacia cualquier persona que vaya boludeando por la calle con cara de galleta. En la esquina de la cuadra en donde vivo, hay un chico al que le llamamos “El ventana”. Debe tener unos 20 años y 25 kilos de mugre, no conoce el agua ni el jabón, si conoce el vino suelto y la pasta base. El mote se lo puso un amigo al faltarle los dientes frontales. Digamos que este chico tiene fama de “malo”, traducción: si no le das una moneda o un pucho te caga a fierrazos, en fin, un tipo al que no le gusta el egoísmo.
Hace varios días que viene amenazando a mi vieja (gravísimo error) con que si no le da algo de plata, le (nos) va a robar la casa. Nadie cree esas amenazas, pero...
Yo soy un tipo tranquilo, casi no hablo, no me meto con nadie, en fin, una ameba con una locura interna oculta: odio a todo el mundo por igual, pero lo disimulo a la perfección. El problema que tengo es que me guardo todo la frustración diaria, que luego descargo tomandome algún que otro alcohol (no todos los días, no soy borracho, aunque sí supe serlo) o escuchando algo de black metal alucinando con estar en otra sintonía, en otro mundo oscuro de luna llena e inviernos congelantes, que obviamente sólo existe en mi cabeza. Pero hay cosas que me hacen ver el lado más siniestro que tengo, y no mido consecuencias, me convierto en un autómata sin sentimientos. Cuando veo que algo me afecta en ese sentido, más cuando se meten con mi familia, me “convierto”, diría una amiga que me trata de loco (y con razón).
Resulta que el querido y pintoresco “ventana”, volvió a amenazar a mi vieja, pero eligió un día equivocado para hacerlo. Un día de esos que todos conocemos (y que nos los recuerdan las personas que “nos” padecen). Ese día estaba estancado en un mal humor que se que sólo yo puedo tener. Cuando me pongo “fiero”, alejate o te deprimo, te dejo vacío. Recuerdo ver a mi vieja llegar toda asustada con la “chismosa” bajo el brazo diciendo: “El de la esquina me gritó y me agarró del brazo para que le diera plata”. Luego de discusiones que derivaban en: “hay que llamar a la policía”, “No! Lo sueltan enseguida y la pagamos nosotros”, me cansé.
Ahi fue cuando me asuste, pero no de la situación, sino de mi mismo. Como en una película yanqui de adolescentes perturbados, o propio de Columbine, camine hacia a mi cuarto y automáticamente comencé una especie de ritual de novela policial psicológica: Me puse los championes a la velocidad de la luz, agarre mi Steel Blade 25 Prestige (traducción: un puñal malayo dentado que me regalo mi abuelo como “souvenir” cuando salgo a matar... digo... a cazar en Durazno) y salí disparado por la puerta de mi casa como un “Rambo urbano”. Ahora que trato de recordar como estaba mentalmente cuando hice el recorrido de mi casa a la esquina, no puedo, estaba en blanco totalmente, sacado, ciego, “encendido”. Lo ví en la esquina, estaba apoyado en el murito mirando peatones a los cuales manguearle alguna moneda o puchito. Nunca le saqué la vista de encima, lo tenía entre los ojos. Me acerque fugazmente por su lado derecho y sin mediar palabra, lo agarre del brazo, me di cuenta que era piel y hueso. Automáticamente el “amigo ventana” me profirió: “que haces puto, arranca o te parto la concha de tu vieja” (justo... la vieja). No había visto el puñal. Forcejeamos, me acestó una (buena) trompada en el pecho, pero no la sentí, estaba sacado, estaba en ese mundo de inviernos y lunas. Al alejarnos unos dos metros, levante la mano en la cual tenía mi Steel Blade 25 Prestige. La vió y empezó a pedir perdón por cualquier cosa que hubiera hecho, era demasiado tarde. Me acerqué, lo agarre de la ropa y de manera automática le acesté dos puntazos en el hombro, gritó. Sentí su sangre caliente en mi mano, cayó al suelo. Me abalancé sobre él y repetidamente comencé a apuñalarlo en su cuello, quedó inconciente. El sonido del ahogo en su propia sangre me reconfortó, me alegró. La sangre salpicó mi cara por última vez. Su cabeza apenas estaba unida a su cuerpo, estaba muerto, me sentí liberado, en otra sintonía, en un mundo de bosques y lobos. Regresé a mi casa, me encerré en mi cuarto y me fuí a otro mundo en mi cabeza.
Nicolás Olivera.
Ese cuento lo escribí el 23 de diciembre del año pasado, fue mi regalo de navidad a mis amigos del barrio (bien recibido por algunos, mal recibido por otros). El “ventana” existió realmente. “Aterrorizó” durante unos meses el barrio, luego intentando “escalar” una casa de alto para robar se cayó sobre un árbol. Según dicen, una rama le perforó el intestino y murió. Pero en realidad nadie sabe como terminó.
Saludos.
Extracto de una mente mediocre
Lease en tono burlón, esto no es para que se traumen, es simplemente un conjunto de pensamientos e ideas que aunque son verdades, deben verse por el lado simpático e inocente.
Hasta ahora pensaba que la peor frase que te puede decir una chica es:
"Tenemos que hablar..."
Pero no, la peor frase que te pueden decir es:
"yo también te quiero... pero solo como amigo"
Eso significa que para ella tú eres el mas simpático del mundo, el que mejor la escucha, el más buena onda... pero no quiero nada contigo. Va a salir con algún idiota que sólo quiere acostarse con ella. Eso sí, cuando el otro se mande una cagada, te llamará a ti para pedirte consejo. Es como si fueras a buscar trabajo y te dicen:
"Señor Olivera, es usted la persona idónea para el puesto, el que mejor curriculum tiene, el más preparado... pero no le vamos a contratar.Vamos a quedarnos con un incompetente. Eso sí, cuando la cague, ¿podríamos llamarle para que nos aguante la cabeza?"
Me pregunto, ¿qué he hecho mal?.
Hemos ido al cine, nos hemos reído, hemos pasado horas fumando y platicando... ¿A partir de qué cigarro nos hicimos amigos?, ¿del quinto? ¿del sexto? Mierda! Eso se debería avisar. ¡Uno menos, y ahora me estaría acostando con ella!
Para ellas un amigo se rige por las mismas normas que un Tampón: Puedes ir a la piscina con él, montar a caballo, bailar... lo único que no puedes hacer con él es tener relaciones sexuales. Es que si lo piensas, si para una mujer el considerarte "su amigo" consiste en arruinar tu vida sexual, ¿Qué hará con sus enemigos?, a mi me parece muy bien que seamos amigos, lo que no entiendo es por qué no podemos coger como amigos. Yo creo que la amistad entre hombre y mujeres no existe, porque si existiera, se sabría. Lo que ocurre es que cuando ella te dice que te quiere sólo como amigo, para ella significa eso y punto. Pero para ti no. Para ti significa que si una noche estan en la playa, ella se emborracha, hay luna llena, se han alineado los planetas y un meteorito amenaza la Tierra... ¡A lo mejor y solo a lo mejor consigues cogértela! Por eso aguantas, porque nunca pierdes la esperanza. ¿Qué anda con Ernesto?, pues ya terminará... cuando lo hace, tú atacas con la técnica de "consolador: "No llores, ese Ernesto es un idiota. Tú te mereces algo mejor, un hombre que te comprenda, un hombre que sepa estar ahí cuando lo necesitas... que sea flaquito, que sea de pelo negro y corto, que no sea muy guapo, que este tatuado, que le guste Burzum, que odie el verano, que se llame Nicolás... como yo," (jaja que casualidad).
Al menos, siendo amigo puedes meter mala onda para eliminar competencia. Es la técnica del "gusano miserable":
Cuando ella te dice:
"Ay, que simpático es Ramón, ¿verdad?"
"¿Ramón? Es muy simpático sí... un poco puto."
"No es puto, lo que pasa es que tiene una mirada muy tierna."
"Sí, en eso tienes razón, me fijé el otro día, cuando miraba a Laura."
"No la miraba a ella, me miraba a mí."
"No creo que te mirara, como que es medio puto"
El colmo es que las chicas consideran que tienen una relación"superespecial" con un chico cuando pueden dormir con él en la misma cama y que no pase nada. ¿Lo "superespecial" no sería que pasara algo?
Bueno, ya no me amargo la vida y dejo este pensamiento para aquellos que han vivido algo asi.
P.D: De seguro les quedó el saco a varios, a mi no, mis amigas son solo eso, amigas (si, como no).
Saludos.
Erzsébet Báthory
Según la leyenda, Erzsébet Báthory fue una cruel asesina en serie obsesionada por la belleza, que utilizaba la sangre de sus jóvenes sirvientas y pupilas para mantenerse joven en una época en que una mujer de 44 años se acercaba peligrosamente a la ancianidad. La leyenda cuenta que Erzsébet vio a su paso por un pueblo a una anciana decrépita y se burló de ella. La anciana ante su burla la maldijo diciéndole que ella también estaría como una vieja en poco tiempo.
Según el testimonio del conde György Thurzó (primo y enemigo de Erzsébet, nombrado investigador general por el Rey) cuando su hueste llegó al castillo el 30 de diciembre de 1610 no halló oposición, ni a nadie para recibirles. Lo primero que vieron fue a una sirviente en el cepo del patio, en estado agónico debido a una paliza que le había fracturado todos los huesos de la cadera. Esto era práctica corriente y no les llamó la atención, pero al acceder al interior se encontraron a una chica desangrada en el salón, y otra que aún estaba viva aunque le habían agujereado el cuerpo. En la mazmorra encontraron a una docena que todavía respiraba, algunas de las cuales habían sido perforadas y cortadas en varias ocasiones a lo largo de las últimas semanas. De debajo del castillo exhumaron los cuerpos de 50 muchachas más. Y el diario de Isabel contaba día por día sus víctimas, con todo lujo de detalles, hasta sumar un total de 612 jóvenes torturadas y asesinadas. Por todas partes había toneles de ceniza y serrín, usados para recoger la sangre que se vertía tan pródigamente en aquel lugar. Debido a esto, todo el castillo estaba cubierto de manchas oscuras y despedía un tenue olor a podredumbre.
Todo empezó en 1604, poco después de la muerte de su marido. Una de sus sirvientas adolescentes le dio un involuntario tirón de pelos mientras la estaba peinando. Al principio tuvo mucha suerte: la condesa reaccionó reventándole la nariz de un fuerte bofetón (cuando lo normal entre la nobleza de la época habría sido sacarla al patio para recibir cien bastonazos). Pero cuando la sangre salpicó la piel de Isabel, a ésta le pareció que allá donde había caído desaparecían las arrugas y su piel recuperaba la lozanía juvenil. Todas las leyendas sobre canibalismo aseguran igualmente que la sangre humana prolonga la juventud. Tras consultar a sus brujas y alquimistas, y con la ayuda del mayordomo Thorko y la corpulenta Dorottya, desnudaron a la muchacha, le hicieron un profundo corte en el cuello y llenaron un barreño con su sangre. Isabel se bañó en la sangre, o al menos se embadurnó con ella todo el cuerpo, y probablemente la bebió, para recuperar la juventud.Entre 1604 y 1610, los agentes de Isabel se dedicaron a proveerla de jóvenes entre 9 y 26 años para sus rituales sangrientos. En un intento de mantener las apariencias, habría convencido al pastor protestante local para que sus víctimas tuviesen entierros cristianos respetables. Cuando la cifra comenzó a subir, éste comenzó a manifestar sus dudas: morían demasiadas chicas por "causas misteriosas y desconocidas". Así es que ella le amenazó para que callase y comenzó a enterrar en secreto los cuerpos desangrados. Ésta es, al menos, la versión de este pastor, que fue quien la denunció "oficialmente" al Rey Mátyás a través de la curia clerical.
Más adelante en la época en la que los errores de Gabor la pusieron en una situación política delicadísima, tomó la costumbre de quemar los genitales a algunas sirvientas con velas, carbones y hierros por pura diversión. También generalizó su práctica de beber la sangre directamente mediante mordiscos en las mejillas, los hombros o los pechos. Para estas cuestiones privadas se apoyaba en la fuerza física de Dorottya Szentes, que aunque ya mayor, seguía siendo muy capaz de inmovilizar a cualquier joven en la posición requerida. Esto ocurrió mientras estuvo en Viena.
En 1609 Isabel, por la falta de sirvientas en la zona como consecuencia de tantos crímenes, cometió el error que acabaría con ella: utilizando sus contactos, comenzó a tomar a niñas y adolescentes de buena familia para educarlas. Algunas de ellas comenzaron a morirse pronto por las mismas "causas misteriosas y desconocidas". Esto no era raro en aquella época, con sus elevadísimas tasas de mortalidad infantil y juvenil, pero en el "internado" de Čachtice el número de fallecimientos era demasiado alto. Ahora las víctimas eran hijas de la aristocracia menor, por lo que sus muertes eran consideradas importantes. La bruja Darvulia le habría prevenido que nunca tomara nobles, pero esta anciana había fallecido algún tiempo atrás. Fue su amiga Erszi Majorova, viuda de un rico granjero que vivía en la cercana localidad de Milova, quien convenció a la condesa de que no pasaría nada.
Hacia el final, muchos cuerpos se ocultaron en lugares peligrosamente insensatos, como campos cercanos, silos de grano, el río que corría bajo el castillo, el jardín de verduras de la cocina... Finalmente, una de las víctimas logró escapar antes de que la matasen e informó a las autoridades religiosas. Esto era algo que había ocurrido varias veces en el pasado, con sirvientas; por ejemplo, en el otoño de 1609..."...una joven de doce años llamada Pola logró escapar del castillo de algún modo y buscó ayuda en una villa cercana. Pero Dorka y Helena Jo se enteraron de dónde estaba por los alguaciles, y tomándola por sorpresa en el ayuntamiento, se la llevaron de vuelta al Castillo de Cachtice por la fuerza, escondida en un carro de harina. Vestida sólo con una larga túnica blanca, la condesa Isabel le dio la bienvenida de vuelta al hogar con amabilidad, pero llamaradas de furia salían de sus ojos la pobre ni se imaginaba lo que le esperaba. Con la ayuda de Piroska, Ficzko y Helena Jo, arrancó las ropas de la doceañera y la metieron en una especie de jaula. Esta particular jaula estaba construida como una esfera, demasiado estrecha para sentarse y demasiado baja para estar de pie. Por su [cara] interior, estaba forrada de cuchillas del tamaño de un dedo pulgar. Una vez la muchacha estuvo en el interior, levantaron bruscamente la jaula con la ayuda de una polea. Pola intentó evitar cortarse con las cuchillas, pero Ficzko manipulaba las cuerdas de tal modo que la jaula se balancease de lado a lado, mientras que desde abajo Piroska la punzaba con un largo pincho para que se retorciera de dolor. Un testigo afirmó que Piroska y Ficzko se dieron al trato carnal durante la noche acostados sobre las cuerdas, para obtener un malsano placer del tormento que con cada movimiento padecía la desdichada. El tormento terminó al día siguiente, cuando las carnes de Pola estuvieron despedazadas por el suelo".Esta descripción tiene su parecido con otro artilugio de tortura utilizado por la Báthory, llamado Doncella de hierro, la cual era una especie de sarcófago que reflejaba la silueta de una mujer y que por dentro tenía afilados pinchos. Este artilugio se abría para introducir a al víctima y luego encerrarla para que los pinchos se le incrustaran en su cuerpo.
Es imposible saber, hoy en día, qué sucedió realmente. Desde el punto de vista psiquiátrico, Erzsébet Báthory sería una anomalía que se sale del patrón común a todos los asesinos en serie conocidos. En la época era común castigar cruelmente a siervos y pupilos, y ejecutar incluso a pequeños delincuentes de las maneras más espantosas. Puede que Erzsébet fuera inocente, y sólo se comportara como una noble más de su época. Quizás fuera sádica, y en consecuencia se aplicara especialmente a la hora de imponer disciplina, o incluso obligara a sus sirvientas a tomar parte en prácticas sadomasoquistas más o menos extremas; de nuevo, ninguna novedad para la nobleza de su tiempo, cuya impunidad y poder legal les permitía tratar a la servidumbre como quisieran. O quizás fue realmente una torturadora y asesina en serie amparada en su status, que sólo se perdió cuando por falta de nuevas víctimas entre la plebe recurrió a las hijas de la nobleza menor que formaba.
De Mysteriis Dom Sathanas (Mayhem) Letras traducidas
Funeral Fog
(niebla fúnebre)
A cada momento este año
aparecerá esta oscura niebla vendrá desde las tumbas
para tomar una vida más que pueda estar cerca
En el medio de Transilvania
Toda vida natural se ha ido desde hace mucho tiempo,
es fino y tan bello
pero también oscuro y misterioso
Una vez más el sacerdote está revoloteandoque el dios nos bendiga a todos
La niebla está aquí nuevamenteque completará este funeral
Desde un lugar vacío de vida
Aquí sólo crecen árboles muertos
como ocurre desde hace mucho
Aquí sólo crecen árboles muertos
............Niebla Fúnebre
............Niebla Fúnebre
............Niebla Fúnebre
............Niebla Fúnebre.
Freezing Moon
(luna congelada)
Aquí todo está tan frío
Aquí todo está tan oscuro
Lo recuerdo como de un sueño
En el rincón de este tiempo
Siluetas Diabólicas flotansaliendo desde la oscuridad
Recuerdo que fue aquí donde fallecí
por seguir a la Luna congelada
Es de noche de nuevo, tú noche hermosa
Calmo mi hambre con humanos vivos
Noche de hambre, sigo su llamada
Sigo a la Luna congeladaLa oscuridad crece, la eternidad se abre
El cementerio se enciende nuevamente
Como en tiempos ancestrales
Almas caídas, mueren tras mis pasospor seguir a la Luna Congela.
Cursed In Eternity
(maldito en la eternidad)
Mi nombre fue escrito confuego en el lugar que tu sólo
puedes ver cuando ha llegado tu hora
Cuando desciendes en la tierra de las sombras por la eternidad
El demonio vuela en los ennegrecidos cielos sin estrellas y se arrastra en los abismos sin fondo del infierno
El nombre que será mil veces maldecido en la eternidad
Condenado a vagar, hasta que venga
hasta la serpiente más cruel que se arrastra
El demonio vuela en los ennegrecidos cielos sin estrellas y se arrastra en los abismos sin fondo del infierno.
Pagan fears
(temores paganos)
La sangrienta historia de los
humanos muertos del pasado ahora olvidados
Una era de leyendas y temores
un tiempo ahora tan distante
Menos numerados como fueron en sus vidas
tan primitivas y paganas
Las supersticiones eran parte de la vida
tan desprotegidas en las noches oscuras
Temores paganos
El pasado está vivo
El pasado está vivogente triste de pálidos rostros
fijaban obsesionadamente la vista en la Luna
Algunas memorias nunca se irán y estarán por siempre aquí.
Life eternal
(vida eterna)
Un sueño de otra existencia
Deseas morirUn sueño de otro mundo
Tu rezas para que la muerte libere tu alma.
Uno debe morir para encontrar la paz interior,
debes hacerte inmortal
Soy un mortal pero ¿soy un humano?
Que bella es la vida ahora
cuando ha llegado mi hora
Un destino humano pero nada de humano dentro
Qué quedará de mi cuando haya muerto,
No hubo nada cuando estaba vivo
Lo que encontraste fue la muerte eterna nadie te extrañará nunca.
From The Dark Past
(desde el oscuro pasado)
Una cara de piedra - arruinada por la edad
Un hombre que ha retornadopara contar su maldición
Temores tan profundos, la boca bien abierta
El grito muere lejosantes del amanecer de este tiempo
Los ojos - se fijan tan vacíos
La boca - gritos tan silenciosos
Dime! - ¿Qué es lo que viste allí?
en la oscuridad - del pasado
Leyendas de tiempos antiguos tan oscuras ennegrecieron su vista, ahora
ni los recuerdos han quedado
Vuelve después de un largo tiempo
la piedra está fría como la muerte
Pero ¿qué formó sus verdaderos miedos? sólo el viento es capaz de decirlo.
Buried By Time And Dust
(enterrado por el tiempo y el polvo)
Visiones de que no vendrá la luz de la mañana nunca.
Estoy tan viejo ahora
Lo oscuro está tan cerca,
alguna vez alcanzaré la tierra del más allá
Aquí es donde vamos cuando tenemos que morir
He sido viejo desde el nacimiento del tiempo
El tiempo me enterró en la tierra
Siglos atrás, yo probé la sangre
Enterrado por el tiempo y el polvo
Muchos años han pasado desde el funeral
Extrañando la sangre de gargantas humanas
Tantos años, Eras atrás
Debo esperar, siento mi cuerpo colapsar
Vagabundeos fuera del espacio
vagando fuera del tiempo
Un mundo sin luz, muerte en el final
Sólo el silencio puede ser oído.
De Mysteriis Dom Sathanas
(el misterioso señor satanás)
Bienvenido!A las antiguas ruinas nuevamente
El viento susurra cerca al bosque profundo
La oscuridad nos mostrará el camino
"Heic noenum"
Aquí no hay paz
El cielo ha oscurecido a trece mientras
somos reunidos alrededor de un libro
hecho de carne humana
"De grandaevus antiquus mulum tristisarcanas mysteria scriptum"
Se abren las páginas del libro escrito con sangre
"Invoco crentus domini de daemonium"
Nosotros seguimos con nuestros ojos en blanco
el procedimiento ceremonial
"Heic noenum"
nos trae el macho cabrío
"Rex sacriticulus mortifer"
En el círculo de los ataúdes de piedra
Nosotros estamos de pie con nuestras negras capas
sosteniendo la vasija con agua impura
"Psychomantum et precr exito annos major"
"Ferus netandus sacerdos magus.
Mortem animalium".
Mayhem
jueves, 22 de noviembre de 2007
Under A Funeral Moon (Darkthrone) Letras traducidas
Natassja In Eternal Sleep
(natassja en sueño eterno)
El alcohol está en mis venas
Las lágrimas caen mientras pienso en ti
La verdadera memoria con la que me dejaste
Es una llave hacia el vino de la melancolía
Me ahogo en el más profundo de los dolores
Mientras tú te lastimas en esa estaca
Ellos quemaron bien mi alma
Tus sentimientos puros, tu odio puro
No fue suficiente Natassja, mi amada bruja satánica
El poder en tus ojos y tú misma
Trabajaron para el entumecimiento en los hombres
Pasa la botella, pasa el cuchillo
Pásame tu arte profano
Nunca habré de olvidarte, lo mejor de todo está;
Te lamo tus fríos labios, abrazo tu ataúd mientras suspiro de pena
Tu nuca besaste al cura, nunca bebiste la sangre de los judíos
Extraña, decían bueno, vuélvelo cabeza abajo como lo hiciste
Y ellos asesinan, ASESINAN, y ellos te llevan lejos
Ahora, siglos después, yo hago tus y mis signos
Tú vives en mí, como si tú te mudaras a mi alma
Tu resurrección es tu espíritu instalado en mí
Así es que ahora, tus pensamientos y tu dolor son mi vino.
Y Natassja, agarraré ebrio a esos ángeles malditos.
Summer Of The Diabolical Holocaust
(verano del holocausto diabólico)
Ven caos rugiente, rige poder desde tu alma
Pura bendición demonizada mientras me suicido con dolor
Todas las almas que colorearon el paso de la Luna Sufrirán lo religioso
Debes saber ya que no puedo ver más
La diferencia de los sueños con la realidad
Ya que las murallas han sido asediadas y conquistadas en la guerra
Oscura blasfemia satánica
Estoy de pie sólo en un valle lleno con la luz de las estrellas
Mis ojos sufren por los centelleos eternos
Así que calla la luz y los sueños para que pueda ver
El tridente más claro que la Luna viviente
Y mi más oscura fantasía
Y mientras busco el infierno
Soy libre Los oyentes están alzándose desde el cielo abierto
Reina supremamente la megalomanía
Horror frío - muerte cristiana
Aprendieron cuánto estar de pie y empujar
Me dirijo a recibir
La lujuria y el dolor Jesús golpéame
Y ganaremos.
The Dance Of Eternal Shadows
(la danza de las sombras eternas)
Debo abrazar el infierno visual para satisfacernos
Viola a las putas en blasfemia
Soy hombre mientras haga un festín sobre tu carne
Echa un vistazo en mis ojos y mira bailar las sombras eternas
Jugando en el desierto de mi vida
Ardiendo - y mi alma está descendiendo-
Líder de todo - encara el Apocalipsis vosotros tontos bajo la lluvia negra
Y nada permanece
Flores para pisar, flores para quemar
Estoy para el dios inferior
Carne roja para penetrar mi piel;
Para enviar mi alma lejos
Hacia la sepultura que trabajo
Hasta que me sienta débil-
Pero hay fuego en mi corazón, en mis ojos, en su cuerpo, en sus ojos, y en su reino solitario.
Unholy Black Metal
(black metal profano)
Cuando el Sol ha muerto
Cuando los ángeles están ciegos
Cuando el cerdo yace gordo sobre el palacio de dios
Cuando la Luna llena alumbra la Tierra
Cuando los lobos se reúnen al descubierto
Cuando la sangre llueve desde los altos cielos y desde las puertas nacaradas
Cuando fueron sacrificadas las hordas de Jehová
Cuando están muertos los doce discípulos
Cuando debajo de tierras más al este y violados y violados nuevamente
Cuando la puta de Babilonia cabalga
Cuando la furia se vuelve odio
Cuando todos los hijos de Satanás sodomizan a los corderos de Cristo
Cuando han sido abiertas todas las puertas
Cuando los funerales no finalizan
Cuando los puertos de Satanás pintan nuestros corazones y entristecen nuestras almas
Cuando las brujas queman a los curas
Cuando vuelven los ancestros
Cuando los demonios cabalgan por los baldíos con sus liebres de oscuros deseos.
To Walk The Infernal Fields
(caminar por los campos infernales)
Desde la morada de los demonios, un ala del pentagrama, viene el jugo que pintar mi corazón y mi alma
Azotados por el negro están
Azotado por el negro estoy
Desde esta alma vienen los ojos que mirarán tus diez bellas cabezas con regocijo
Mi corazón es el que velará por tus llamas y las hará mías
Compartimos este espíritu - mi corazón es tuyo
Yo soy tu discípulo y por lo tanto, yo mismo tu arma seré
Con los demonios que me poseen cabalgaremos los siete pecados mortales que me llevan hacia Katharian
El signo de tus cuernos es mi visión más querida, ellos empalan a todos los santos y débiles.
Under A Funeral Moon
(bajo una luna fúnebre)
En el día de mi sacrificio final el frío acero abre mis venas
La sangre tiñe mi piel
El cáliz plateado debe ser llenado
Tomando la sangre envenenada entro en mi sombrío ataúd
Dos cuernos de macho cabrío en mis manos
Levanto mis brazos y cierro mis ojos para recibir los saludos infernales de mi hermanos en la tierra de los malditos
El viento aullante sopla en los árboles desnudos
Los campos iluminados por la Luna están resplandeciendo en la oscuridad
Debajo de mi, el sendero al cementerio donde mis hermanos espirituales me llevan
Ellos se detienen en la sombra de un roble
Comienza mi funeral nocturno
Yaciendo en mi sueño blasfemo
Soy bajado hacia el foso
Un cuervo entona mi última canción mientras los lobos aúllan sus despedidas
La Luna Fúnebre brilla más fuerte ahora por que ya estoy cerca de ahí
Esta noche del octubre tardío el lado oscuro abre su portal
Almas mórbidas esperan por mi - Por la conspiración satánica
Flores del destino floreciendo
Tu verás ¡Nuestra inmortalidad!
Inn I De Dype Skogers Favn
(en el abrazo del bosque profundo)
Ahí va un camino por la montaña
En el abrazo del bosque profundo
Las granjas sufrieron aquí un destino sufrido
Muchos cuervos se lamentaron de la quema de los cadáveres
La peste anduvo en las tierras noruegas
Desde el mar sobre la tierra hasta el otro mar
Fue con pasos pesados
En el abrazo del bosque profundo
La muerte de negro congeló el alma
Debilitó la piel bajo el cielo nórdico
Ahí va un camino por la montaña
En el abrazo del bosque profundo
Errando lentamente me conduce
Dentro de los dominios del bosque oscuro
Para encontrar un lugar viejo y olvidado
Desde una noche solitaria, negra e infinita.
Crossing The Triangle Of Flames
(cruzando el triángulo de llamas)
Engolfado en el hielo, he navegado nuestros sueños.
Lóbregos paisajes internos vienen a la vida.
Yo soy el lobo en la escena más oscura
Mi rol galope fantasmal
Yo soy Lucifer, te traigo luz y orgullo
Tres pasos para el blanco
Un viaje para el negro
Sin banderas para las diez líneas
Pero te tiraré lleno de signos
En otras dimensiones mis visiones generaron alas negras
No podías saber si yo era él
El dragón se alzó ante mi
Yo forniqué a la bestia
Me posee mientras que quemo dentro de tus dominios pintados.
La imagen de la muerte
—Lo trasladamos el año pasado, y fue de lo más complicado —explicó Carlin mientras subían la escalera—. Además tuvimos que hacerlo a mano. No había otra forma. Lo aseguramos de accidentes en Lloyd’s antes incluso de sacarlo de su caja, en el salón. Fue la única compañía que quiso asegurarlo por la cantidad que habíamos previsto.
Spangler no dijo nada. El hombre era un imbécil. Jonson Spangler hacía tiempo que había aprendido que la única forma de tratar con un imbécil era ignorarle.
—Lo aseguramos por un cuarto de millón de dólares —terminó Carlin cuando llegaban al rellano del segundo piso—. Y nos costó un buen pico. —Era un hombrecillo regordete, con gafas sin montura y una calva morena que brillaba como una pelota de voleo barnizada. Una armadura, que guardaba la oscuridad de caoba del corredor del segundo piso, les contempló impasible.
Era un corredor largo, y Spangler miró las paredes, y lo que estaba colgado en ellas, con frío ojo profesional. Samuel Glaggert había comprado mucho, pero no había comprado bien. Como muchos de los grandes industriales, que se habían hecho a sí mismos en el pasado 1800, había resultado poco más que un amo de casa de empeños disfrazado de coleccionista, un experto en pinturas monstruosas, novelas y colecciones de poesías sin valor encuadernadas en cuero valioso, y atroces esculturas, todo ello considerado por él como arte.
En aquel piso las paredes estaban recubiertas, mejor dicho festoneadas, de tapices marroquíes de imitación, innumerables (y sin duda anónimas) maddonas sosteniendo innumerables niños nimbados, mientras innumerables ángeles revoloteaban de un lado a otro en el fondo, grotescos candelabros repletos de volutas, y una lámpara monstruosa, cursimente ornamentada y rematada por una ninfa sonriente y salaz.
Naturalmente, el viejo pirata había conseguido algunas piezas interesantes; la ley de las probabilidades lo requiere así. Y si el Museo Particular en Memoria de Samuel Claggert ("visitas acompañadas cada hora, 1 dólar los adultos, 50 centavos los niños"... ridículo) contenía un 98 por ciento de flagrante basura, el 2 por ciento restante, cosas como el rifle Coombs colgado sobre la chimenea de la cocina, la curiosa y pequeña cámara oscura en el salón, y por supuesto el...
—El espejo Delver fue retirado de la planta baja después de un desgraciado... incidente —informó bruscamente Carlin, motivado aparentemente por un horrendo retrato colgado en el rellano del siguiente tramo de escaleras—. Hubo otros... (palabras agresivas, declaraciones ofensivas), pero ése fue un intento deliberado de destruir realmente el espejo. La mujer, una tal Sandra Bates, llegó con una piedra en el bolsillo. Afortunadamente tenía mala puntería y sólo estropeó una esquina del marco. El espejo no sufrió daños. Esa Bates tenía un hermano...
—No necesito que me recite el recorrido de a dólar —le cortó Spangler—. Conozco bien la historia del espejo Delver.
—Fascinante, ¿no le parece? —Carlin le dirigió una extraña mirada de soslayo—. Tenemos a la duquesa inglesa de 1709, y el comerciante de alfombras de Pensilvania en 1746, por no hablar de...
—Conozco la historia —repitió Spangler sin inmutarse—. Lo que a mí me interesa es el trabajo. Y luego, naturalmente, la autenticidad...
—¡Autenticidad! —exclamó Carlin con una seca risita que sonó como si se hubieran sacudido huesos en la alacena—. Todo ha sido examinado por expertos, señor Spangler.
—Claro, también lo fue el Stradivarius de Lemlier.
—Cierto —suspiró Carlin—. Pero ningún Stradivarius tuvo jamás la... jamás causó tantos incidentes como el espejo Delver.
—En efecto —dijo Spangler con su dulce voz despectiva. Comprendía que no había forma de cerrarle el pico a Carlin; tenía una mente perfectamente acorde con su edad—. En efecto.
Subieron al tercer y cuarto piso. Al acercarse a la parte alta de la vieja estructura, notaron un calor agobiante en las oscuras galerías superiores. Con el calor, se notó un olor que Spangler conocía bien porque había pasado toda su vida de adulto envuelto en él... un olor a moscas muertas en oscuros rincones, humedad, y carcoma detrás del yeso. El olor a vejez. Era un olor común en museos y mausoleos. Imaginó que ese mismo olor podía salir de la tumba de una joven virginal que llevara cuarenta años muerta.
Allí arriba, las reliquias estaban amontonadas de cualquier modo, con la profusión típica de las almonedas. Carlin lo condujo por un laberinto de estatuas, retratos con marcos partidos, pajareras doradas y pomposas, piezas de una antigua bicicleta-tándem. Le guió hasta el fondo, a una pared a la que se había adosado una escalera debajo de una trampilla en el techo. De la escotilla pendía un viejo candado polvoriento.
A la izquierda, una imitación de Adonis les contemplaba con sus ojos sin pupilas. Uno de sus brazos se tendía y de la muñeca colgaba un letrero donde se leía: ABSOLUTAMENTE PROHIBIDA LA ENTRADA.
Carlin sacó un llavero de su chaqueta, eligió una llave y subió por la escalera de mano. Se detuvo en el tercer peldaño con la calva brillando levemente en la sombra:
—No me gusta el espejo —dijo—. Nunca me gustó. Me da miedo mirarlo. Temo mirar algún día y ver... lo que los demás vieron.
—No vieron otra cosa que su imagen —aclaró Spangler.
Carlin masculló algo, movió la cabeza y tanteó en el techo, torciendo el cuello para meter la llave en el candado.
—Habría que cambiarlo —dijo—. Es... ¡Maldición!
El candado se abrió de pronto y se soltó de las anillas. Carlin hizo un gesto brusco para recuperarlo y casi cayó de la escalera. Spangler lo sujetó oportunamente y miró hacia arriba. Carlin se agachaba tembloroso al último peldaño, pálido en la oscura penumbra.
—Está nervioso, ¿verdad? —preguntó Spangler.
Carlin no contestó. Parecía paralizado.
—Baje, por favor —dijo Spangler—. Baje, antes de que se caiga.
Carlin lo hizo despacio, agarrándose a cada peldaño como un hombre suspendido sobre un abismo. Cuando sus pies tocaron el suelo empezó a temblar, como si el suelo transmitiera alguna clase de corriente.
—Un cuarto de millón —repitió—. Un cuarto de millón de dólares de seguro para sacar... esa cosa de la planta baja y subirla aquí. Esa maldita cosa. Tuvieron que montar una polea especial para subirla al desván. Y yo tenía la esperanza, casi recé, de que las manos de alguien estuvieran resbaladizas, que el cable no sería lo bastante resistente, que esa cosa se caería y se rompería en mil pedazos...
—Hechos —dijo Sprangler—. Hechos, Carlin. Déjese de historias truculentas o películas de miedo serie B. Hechos. Primero: John Delver era un artesano inglés de ascendencia normanda que fabricó espejos durante el período isabelino en Inglaterra. Vivió y murió normalmente. Nada de palabras mágicas en el suelo que tuviera que limpiar el ama de llaves, nada de documentos con olor a azufre, o manchas de sangre junto a la firma.
Segundo: sus espejos son joyas de coleccionista debido principalmente a su trabajo perfecto y a que empleó un tipo de cristal de aumento levemente distorsionante, algo que los distinguía de los demás. Tercero: por lo que sabemos sólo existen cinco espejos Delver; dos de ellos en América. No tienen precio. Cuarto: este Delver, y el que fue destruido durante el bombardeo de Londres, se han ganado cierta reputación dudosa debida sobre todo a exageraciones y coincidencias...
—Quinto —añadió Carlin—: es usted un cabrón, ¿verdad?
Spangler contemplo con una mueca al ciego Adonis.
—Yo acompañaba al grupo del que formaba parte el hermano de Sandra Bates —prosiguió Carlin—. Tenía unos quince años y formaba parte de un grupo de estudiantes de instituto. Yo estaba contándoles la historia del espejo y había llegado a la parte que usted apreciaría (la hermosa factura, la perfección del cristal), cuando el muchacho levantó la mano. "¿Y qué me dice de esa mancha negra que hay en el ángulo superior izquierdo?", preguntó.
"Parece una tara." Y uno de sus amigos le preguntó a qué se refería, así que el chico Bates empezó a explicárselo pero calló de pronto. Miró el espejo fijamente, acercándose al cordón de terciopelo rojo que lo protegía, luego miró hacia atrás, como si lo que había visto fuera el reflejo de alguien..., de alguien vestido de negro, de pie detrás de él. "Parecía un hombre" dijo. "Pero no le pude ver la cara. Ya no está." Y no dijo más.
—Siga —pidió Spangler—. Se relame por decirme que era la Muerte... creo que esto es lo que se dice, ¿verdad? Que algunas personas ven la imagen de la muerte en el espejo. Venga, suéltelo de una vez. ¡Al National Enquirer le encantará la historia! Cuénteme las horrorosas consecuencias y desafíeme a que pueda explicarlo. ¿Qué pasó, le atropelló un coche? ¿Se tiró por una ventana? ¿O qué?
Carlin rió con tristeza.
—Debería saberlo mejor, Spangler. ¿No me ha dicho por dos veces que usted es... que está perfectamente al corriente de la historia del espejo Delver? No hubo consecuencias horribles. No las ha habido nunca. Por esa razón el espejo Delver no figura en las ediciones domingueras como el diamante Koh-i-noor o la maldición de Tutankhamón. Es manso comparado a esos dos. Cree que soy un imbécil, ¿verdad?
—Sí. ¿Podemos subir ahora?
—Muy bien —dijo Carlin.
Subió por la escalera de mano y empujó la trampilla. Se oyó un chirrido quejumbroso al levantar el peso en la oscuridad y Carlin se perdió en las sombras. Spangler le siguió. El Adonis ciego se quedó mirándolos mudamente.
El desván estaba caliente, iluminado sólo por una ventana llena de telarañas, e un ángulo, que filtraba la luz exterior con un resplandor lechoso y sucio. El espejo estaba apoyado contra una esquina, de cara a la luz, reflejándola como una mancha blanquecina en la pared opuesta. Había sido atornillado para mayor seguridad a un armazón de madera.
Carlin no lo miró. Se esforzó todo lo que pudo por no mirar.
—Ni siquiera lo ha cubierto con un trapo —protestó Spangler, repentinamente indignado.
—Yo lo veo como un ojo —dijo Carlin; su voz sonaba vacía—. Si se le deja abierto, siempre abierto, a lo mejor se queda ciego.
Spangler no le prestó atención. Se quitó la chaqueta, la dobló cuidadosamente con los botones hacia dentro, y con infinita ternura limpió el polvo de la superficie convexa del espejo. Luego dio un paso atrás y lo contempló.
Era genuino. No cabía la menor duda. Era un ejemplo perfecto del genio de Delver. La habitación llena de trastos, detrás de él, su imagen reflejada, la silueta medio vuelta de Carlin... todo estaba claro, bien definido, casi tridimensional. El leve aumento del cristal daba a todas las cosas un efecto ligeramente curvo que añadía una distorsión inquietante. Era...
La idea se le fue y de pronto sintió otro arranque de ira:
—Carlin.
Carlin no dijo nada.
—¡Carlin, maldito sea, pensé que me había dicho que la muchacha no había dañado el espejo!
No obtuvo respuesta.
Spangler lo miró fríamente por el espejo.
—Hay un trozo de esparadrapo en la parte de arriba, en el ángulo izquierdo. ¿Llegó a partirlo? ¡Por el amor de Dios, diga algo!
—Está viendo a la Muerte —contestó Carlin inexpresivamente—. No hay esparadrapo en el espejo. ¡Pase la mano por encima!
Spangler se envolvió la mano con la manga de su chaqueta, y la apoyó blandamente sobre el espejo.
—¿Lo ve? No hay nada de sobrenatural. Se ha ido. Mi mano lo cubre.
—¿Lo cubre? ¿Nota el esparadrapo? ¿Por qué no lo arranca?
Spangler apartó su mano y miró el espejo. Todo en él parecía algo más distorsionado; las esquinas del desván más inclinadas, como si fueran a resbalar hacia una ignota eternidad. No había la menor mancha oscura en el espejo. Estaba impecable. Sintió despertar en su interior un terror inexplicable.
—Parecía él, ¿no cree? —preguntó Carlin. Su rostro estaba muy pálido y sus ojos miraban al suelo. En su cuello palpitaba un músculo—. Admítalo, Spangler. Parecía una figura embozada, de pie detrás de usted, ¿verdad?
—Parecía una cinta adhesiva cubriendo una pequeña rotura —repuso Spangler con firmeza—. Ni más ni menos...
—El joven Bates era muy fuerte —dijo Carlin. Sus palabras parecían resquebrajar la atmósfera agobiante y quieta—. Era como un jugador de fútbol. Llevaba una camiseta con una gran letra y pantalones verde oscuro. Nos encontrábamos a mitad de camino de la exposición de arriba cuando...
—El calor me está mareando —dijo Spangler. Había sacado un pañuelo y se secaba el cuello. Sus ojos recorrieron la superficie convexa del espejo.
—... cuando dijo que necesitaba ir a beber agua. Un vaso de agua, ¡por el amor de Dios!
Carlin se volvió a mirar a Spangler, con expresión de poseso, y prosiguió.
—¿Cómo iba a saberlo yo? ¿Cómo podía saberlo?
—¿Hay un lavabo por aquí? Creo que voy a...
—Su camiseta... vi fugazmente su camiseta mientras iba bajando la escalera... Después...
—... vomitar.
Carlin sacudió la cabeza y volvió a mirar al suelo.
—Naturalmente. Segundo piso, tercera puerta a la izquierda, en dirección a la escalera. —Levantó la cabeza, suplicante—. ¿Cómo iba a saberlo?
Pero Spangler ya estaba bajando por la escalera de mano. Se movió bajo su peso y por un momento Carlin pensó —deseó— que se cayera. No ocurrió así. Por el recuadro abierto en el suelo, Carlin le vio bajar tapándose la boca con la mano.
—¿Spangler?
Pero ya se había ido.
Carlin escuchó sus pasos, el eco de sus pasos, y luego nada. Cuando ya se hubieron apagado, se estremeció. Trató de llevar sus pies hacia la trampilla, pero los tenía helados. Sólo aquella última mirada, fugaz, a la camiseta del muchacho...
¡Dios...!
Era como si unas enormes manos invisibles tiraran de su cabeza, obligándole a levantarla. Aunque no quería mirar, Carlin fijó la vista en la brillante profundidad del espejo Delver.
No había nada.
La habitación se reflejaba con toda fidelidad, sus polvorientos confines transformados en brillante infinitud. Unas líneas de un poema de Tennyson, casi olvidado, acudieron a su mente de pronto y recitó en voz alta: "Estoy medio mareada por las sombras, dijo la Dama de Shalott..."
Y seguía sin poder apartar la mirada, y la quietud palpitante le retenía. Junto a una esquina del espejo, una cabeza de búfalo, comida por las polillas le miró con sus ojos de obsidiana, planos.
El muchacho había querido beber agua y la fuente estaba en el vestíbulo del primer piso. Había bajado y...
Y nunca más había vuelto.
Jamás.
A ninguna parte.
Lo mismo que la duquesa inglesa que se había detenido a admirarse en su espejo, antes de una soirée, y decidió volver al gabinete en busca de sus perlas. Como el vendedor de alfombras que había salido a pasear en coche y había dejado tras él sólo un coche vacío y dos caballos mudos.
Y el espejo Delver había estado en Nueva York desde 1897 hasta 1920, precisamente cuando el juez Crater...
Carlin miró como hipnotizado a lo más profundo del espejo. Abajo, el Adonis ciego vigilaba.
Estuvo esperando a Spangler, casi como la familia Bates debió de haber estado esperando a su hijo, como el marido de la duquesa esperaría a que su esposa volviera del gabinete. Miró al espejo y esperó.
Y esperó.
Y esperó...
- STEPHEN KING
Spangler no dijo nada. El hombre era un imbécil. Jonson Spangler hacía tiempo que había aprendido que la única forma de tratar con un imbécil era ignorarle.
—Lo aseguramos por un cuarto de millón de dólares —terminó Carlin cuando llegaban al rellano del segundo piso—. Y nos costó un buen pico. —Era un hombrecillo regordete, con gafas sin montura y una calva morena que brillaba como una pelota de voleo barnizada. Una armadura, que guardaba la oscuridad de caoba del corredor del segundo piso, les contempló impasible.
Era un corredor largo, y Spangler miró las paredes, y lo que estaba colgado en ellas, con frío ojo profesional. Samuel Glaggert había comprado mucho, pero no había comprado bien. Como muchos de los grandes industriales, que se habían hecho a sí mismos en el pasado 1800, había resultado poco más que un amo de casa de empeños disfrazado de coleccionista, un experto en pinturas monstruosas, novelas y colecciones de poesías sin valor encuadernadas en cuero valioso, y atroces esculturas, todo ello considerado por él como arte.
En aquel piso las paredes estaban recubiertas, mejor dicho festoneadas, de tapices marroquíes de imitación, innumerables (y sin duda anónimas) maddonas sosteniendo innumerables niños nimbados, mientras innumerables ángeles revoloteaban de un lado a otro en el fondo, grotescos candelabros repletos de volutas, y una lámpara monstruosa, cursimente ornamentada y rematada por una ninfa sonriente y salaz.
Naturalmente, el viejo pirata había conseguido algunas piezas interesantes; la ley de las probabilidades lo requiere así. Y si el Museo Particular en Memoria de Samuel Claggert ("visitas acompañadas cada hora, 1 dólar los adultos, 50 centavos los niños"... ridículo) contenía un 98 por ciento de flagrante basura, el 2 por ciento restante, cosas como el rifle Coombs colgado sobre la chimenea de la cocina, la curiosa y pequeña cámara oscura en el salón, y por supuesto el...
—El espejo Delver fue retirado de la planta baja después de un desgraciado... incidente —informó bruscamente Carlin, motivado aparentemente por un horrendo retrato colgado en el rellano del siguiente tramo de escaleras—. Hubo otros... (palabras agresivas, declaraciones ofensivas), pero ése fue un intento deliberado de destruir realmente el espejo. La mujer, una tal Sandra Bates, llegó con una piedra en el bolsillo. Afortunadamente tenía mala puntería y sólo estropeó una esquina del marco. El espejo no sufrió daños. Esa Bates tenía un hermano...
—No necesito que me recite el recorrido de a dólar —le cortó Spangler—. Conozco bien la historia del espejo Delver.
—Fascinante, ¿no le parece? —Carlin le dirigió una extraña mirada de soslayo—. Tenemos a la duquesa inglesa de 1709, y el comerciante de alfombras de Pensilvania en 1746, por no hablar de...
—Conozco la historia —repitió Spangler sin inmutarse—. Lo que a mí me interesa es el trabajo. Y luego, naturalmente, la autenticidad...
—¡Autenticidad! —exclamó Carlin con una seca risita que sonó como si se hubieran sacudido huesos en la alacena—. Todo ha sido examinado por expertos, señor Spangler.
—Claro, también lo fue el Stradivarius de Lemlier.
—Cierto —suspiró Carlin—. Pero ningún Stradivarius tuvo jamás la... jamás causó tantos incidentes como el espejo Delver.
—En efecto —dijo Spangler con su dulce voz despectiva. Comprendía que no había forma de cerrarle el pico a Carlin; tenía una mente perfectamente acorde con su edad—. En efecto.
Subieron al tercer y cuarto piso. Al acercarse a la parte alta de la vieja estructura, notaron un calor agobiante en las oscuras galerías superiores. Con el calor, se notó un olor que Spangler conocía bien porque había pasado toda su vida de adulto envuelto en él... un olor a moscas muertas en oscuros rincones, humedad, y carcoma detrás del yeso. El olor a vejez. Era un olor común en museos y mausoleos. Imaginó que ese mismo olor podía salir de la tumba de una joven virginal que llevara cuarenta años muerta.
Allí arriba, las reliquias estaban amontonadas de cualquier modo, con la profusión típica de las almonedas. Carlin lo condujo por un laberinto de estatuas, retratos con marcos partidos, pajareras doradas y pomposas, piezas de una antigua bicicleta-tándem. Le guió hasta el fondo, a una pared a la que se había adosado una escalera debajo de una trampilla en el techo. De la escotilla pendía un viejo candado polvoriento.
A la izquierda, una imitación de Adonis les contemplaba con sus ojos sin pupilas. Uno de sus brazos se tendía y de la muñeca colgaba un letrero donde se leía: ABSOLUTAMENTE PROHIBIDA LA ENTRADA.
Carlin sacó un llavero de su chaqueta, eligió una llave y subió por la escalera de mano. Se detuvo en el tercer peldaño con la calva brillando levemente en la sombra:
—No me gusta el espejo —dijo—. Nunca me gustó. Me da miedo mirarlo. Temo mirar algún día y ver... lo que los demás vieron.
—No vieron otra cosa que su imagen —aclaró Spangler.
Carlin masculló algo, movió la cabeza y tanteó en el techo, torciendo el cuello para meter la llave en el candado.
—Habría que cambiarlo —dijo—. Es... ¡Maldición!
El candado se abrió de pronto y se soltó de las anillas. Carlin hizo un gesto brusco para recuperarlo y casi cayó de la escalera. Spangler lo sujetó oportunamente y miró hacia arriba. Carlin se agachaba tembloroso al último peldaño, pálido en la oscura penumbra.
—Está nervioso, ¿verdad? —preguntó Spangler.
Carlin no contestó. Parecía paralizado.
—Baje, por favor —dijo Spangler—. Baje, antes de que se caiga.
Carlin lo hizo despacio, agarrándose a cada peldaño como un hombre suspendido sobre un abismo. Cuando sus pies tocaron el suelo empezó a temblar, como si el suelo transmitiera alguna clase de corriente.
—Un cuarto de millón —repitió—. Un cuarto de millón de dólares de seguro para sacar... esa cosa de la planta baja y subirla aquí. Esa maldita cosa. Tuvieron que montar una polea especial para subirla al desván. Y yo tenía la esperanza, casi recé, de que las manos de alguien estuvieran resbaladizas, que el cable no sería lo bastante resistente, que esa cosa se caería y se rompería en mil pedazos...
—Hechos —dijo Sprangler—. Hechos, Carlin. Déjese de historias truculentas o películas de miedo serie B. Hechos. Primero: John Delver era un artesano inglés de ascendencia normanda que fabricó espejos durante el período isabelino en Inglaterra. Vivió y murió normalmente. Nada de palabras mágicas en el suelo que tuviera que limpiar el ama de llaves, nada de documentos con olor a azufre, o manchas de sangre junto a la firma.
Segundo: sus espejos son joyas de coleccionista debido principalmente a su trabajo perfecto y a que empleó un tipo de cristal de aumento levemente distorsionante, algo que los distinguía de los demás. Tercero: por lo que sabemos sólo existen cinco espejos Delver; dos de ellos en América. No tienen precio. Cuarto: este Delver, y el que fue destruido durante el bombardeo de Londres, se han ganado cierta reputación dudosa debida sobre todo a exageraciones y coincidencias...
—Quinto —añadió Carlin—: es usted un cabrón, ¿verdad?
Spangler contemplo con una mueca al ciego Adonis.
—Yo acompañaba al grupo del que formaba parte el hermano de Sandra Bates —prosiguió Carlin—. Tenía unos quince años y formaba parte de un grupo de estudiantes de instituto. Yo estaba contándoles la historia del espejo y había llegado a la parte que usted apreciaría (la hermosa factura, la perfección del cristal), cuando el muchacho levantó la mano. "¿Y qué me dice de esa mancha negra que hay en el ángulo superior izquierdo?", preguntó.
"Parece una tara." Y uno de sus amigos le preguntó a qué se refería, así que el chico Bates empezó a explicárselo pero calló de pronto. Miró el espejo fijamente, acercándose al cordón de terciopelo rojo que lo protegía, luego miró hacia atrás, como si lo que había visto fuera el reflejo de alguien..., de alguien vestido de negro, de pie detrás de él. "Parecía un hombre" dijo. "Pero no le pude ver la cara. Ya no está." Y no dijo más.
—Siga —pidió Spangler—. Se relame por decirme que era la Muerte... creo que esto es lo que se dice, ¿verdad? Que algunas personas ven la imagen de la muerte en el espejo. Venga, suéltelo de una vez. ¡Al National Enquirer le encantará la historia! Cuénteme las horrorosas consecuencias y desafíeme a que pueda explicarlo. ¿Qué pasó, le atropelló un coche? ¿Se tiró por una ventana? ¿O qué?
Carlin rió con tristeza.
—Debería saberlo mejor, Spangler. ¿No me ha dicho por dos veces que usted es... que está perfectamente al corriente de la historia del espejo Delver? No hubo consecuencias horribles. No las ha habido nunca. Por esa razón el espejo Delver no figura en las ediciones domingueras como el diamante Koh-i-noor o la maldición de Tutankhamón. Es manso comparado a esos dos. Cree que soy un imbécil, ¿verdad?
—Sí. ¿Podemos subir ahora?
—Muy bien —dijo Carlin.
Subió por la escalera de mano y empujó la trampilla. Se oyó un chirrido quejumbroso al levantar el peso en la oscuridad y Carlin se perdió en las sombras. Spangler le siguió. El Adonis ciego se quedó mirándolos mudamente.
El desván estaba caliente, iluminado sólo por una ventana llena de telarañas, e un ángulo, que filtraba la luz exterior con un resplandor lechoso y sucio. El espejo estaba apoyado contra una esquina, de cara a la luz, reflejándola como una mancha blanquecina en la pared opuesta. Había sido atornillado para mayor seguridad a un armazón de madera.
Carlin no lo miró. Se esforzó todo lo que pudo por no mirar.
—Ni siquiera lo ha cubierto con un trapo —protestó Spangler, repentinamente indignado.
—Yo lo veo como un ojo —dijo Carlin; su voz sonaba vacía—. Si se le deja abierto, siempre abierto, a lo mejor se queda ciego.
Spangler no le prestó atención. Se quitó la chaqueta, la dobló cuidadosamente con los botones hacia dentro, y con infinita ternura limpió el polvo de la superficie convexa del espejo. Luego dio un paso atrás y lo contempló.
Era genuino. No cabía la menor duda. Era un ejemplo perfecto del genio de Delver. La habitación llena de trastos, detrás de él, su imagen reflejada, la silueta medio vuelta de Carlin... todo estaba claro, bien definido, casi tridimensional. El leve aumento del cristal daba a todas las cosas un efecto ligeramente curvo que añadía una distorsión inquietante. Era...
La idea se le fue y de pronto sintió otro arranque de ira:
—Carlin.
Carlin no dijo nada.
—¡Carlin, maldito sea, pensé que me había dicho que la muchacha no había dañado el espejo!
No obtuvo respuesta.
Spangler lo miró fríamente por el espejo.
—Hay un trozo de esparadrapo en la parte de arriba, en el ángulo izquierdo. ¿Llegó a partirlo? ¡Por el amor de Dios, diga algo!
—Está viendo a la Muerte —contestó Carlin inexpresivamente—. No hay esparadrapo en el espejo. ¡Pase la mano por encima!
Spangler se envolvió la mano con la manga de su chaqueta, y la apoyó blandamente sobre el espejo.
—¿Lo ve? No hay nada de sobrenatural. Se ha ido. Mi mano lo cubre.
—¿Lo cubre? ¿Nota el esparadrapo? ¿Por qué no lo arranca?
Spangler apartó su mano y miró el espejo. Todo en él parecía algo más distorsionado; las esquinas del desván más inclinadas, como si fueran a resbalar hacia una ignota eternidad. No había la menor mancha oscura en el espejo. Estaba impecable. Sintió despertar en su interior un terror inexplicable.
—Parecía él, ¿no cree? —preguntó Carlin. Su rostro estaba muy pálido y sus ojos miraban al suelo. En su cuello palpitaba un músculo—. Admítalo, Spangler. Parecía una figura embozada, de pie detrás de usted, ¿verdad?
—Parecía una cinta adhesiva cubriendo una pequeña rotura —repuso Spangler con firmeza—. Ni más ni menos...
—El joven Bates era muy fuerte —dijo Carlin. Sus palabras parecían resquebrajar la atmósfera agobiante y quieta—. Era como un jugador de fútbol. Llevaba una camiseta con una gran letra y pantalones verde oscuro. Nos encontrábamos a mitad de camino de la exposición de arriba cuando...
—El calor me está mareando —dijo Spangler. Había sacado un pañuelo y se secaba el cuello. Sus ojos recorrieron la superficie convexa del espejo.
—... cuando dijo que necesitaba ir a beber agua. Un vaso de agua, ¡por el amor de Dios!
Carlin se volvió a mirar a Spangler, con expresión de poseso, y prosiguió.
—¿Cómo iba a saberlo yo? ¿Cómo podía saberlo?
—¿Hay un lavabo por aquí? Creo que voy a...
—Su camiseta... vi fugazmente su camiseta mientras iba bajando la escalera... Después...
—... vomitar.
Carlin sacudió la cabeza y volvió a mirar al suelo.
—Naturalmente. Segundo piso, tercera puerta a la izquierda, en dirección a la escalera. —Levantó la cabeza, suplicante—. ¿Cómo iba a saberlo?
Pero Spangler ya estaba bajando por la escalera de mano. Se movió bajo su peso y por un momento Carlin pensó —deseó— que se cayera. No ocurrió así. Por el recuadro abierto en el suelo, Carlin le vio bajar tapándose la boca con la mano.
—¿Spangler?
Pero ya se había ido.
Carlin escuchó sus pasos, el eco de sus pasos, y luego nada. Cuando ya se hubieron apagado, se estremeció. Trató de llevar sus pies hacia la trampilla, pero los tenía helados. Sólo aquella última mirada, fugaz, a la camiseta del muchacho...
¡Dios...!
Era como si unas enormes manos invisibles tiraran de su cabeza, obligándole a levantarla. Aunque no quería mirar, Carlin fijó la vista en la brillante profundidad del espejo Delver.
No había nada.
La habitación se reflejaba con toda fidelidad, sus polvorientos confines transformados en brillante infinitud. Unas líneas de un poema de Tennyson, casi olvidado, acudieron a su mente de pronto y recitó en voz alta: "Estoy medio mareada por las sombras, dijo la Dama de Shalott..."
Y seguía sin poder apartar la mirada, y la quietud palpitante le retenía. Junto a una esquina del espejo, una cabeza de búfalo, comida por las polillas le miró con sus ojos de obsidiana, planos.
El muchacho había querido beber agua y la fuente estaba en el vestíbulo del primer piso. Había bajado y...
Y nunca más había vuelto.
Jamás.
A ninguna parte.
Lo mismo que la duquesa inglesa que se había detenido a admirarse en su espejo, antes de una soirée, y decidió volver al gabinete en busca de sus perlas. Como el vendedor de alfombras que había salido a pasear en coche y había dejado tras él sólo un coche vacío y dos caballos mudos.
Y el espejo Delver había estado en Nueva York desde 1897 hasta 1920, precisamente cuando el juez Crater...
Carlin miró como hipnotizado a lo más profundo del espejo. Abajo, el Adonis ciego vigilaba.
Estuvo esperando a Spangler, casi como la familia Bates debió de haber estado esperando a su hijo, como el marido de la duquesa esperaría a que su esposa volviera del gabinete. Miró al espejo y esperó.
Y esperó.
Y esperó...
- STEPHEN KING
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